"Aveces la vida cambia; acostúmbrate."
Caminé, búscando a una persona decente, alguien amable que me guíara a la jodida recepción. Tengo que admitir que tenía cara de perro, no me sentía nada agusto con la linda despedida de la tía Megan.
Miré a mi alrededor, Un enorme campus; dos edificios conectados, tenían una apariencia seria, como una universidad,una gran fuente, y quien sabe que tendría dentro , tenía entendido que era preparatoria y secundaria, pero esto era horrorosamente...grande.
Cientos de adolescentes caminando, ocupados, con el móvil, riendo, o platicando. Todo aquéllo me confundía mucho. De pronto, mientras aún caminaba con la mirada abajo. Alguién me miró. No lo dudo dos veces y se acercó a mí
—Discúlpa ¿Eres nueva?
—Sí,-¡al fin!- ¿me podrías decir en donde está recepción?
Sus labios se curvaron, mostrando una sonrisa burlona.
—Mira, en el primer edificio, alado hay un gran letrero donde dice "Recepción".
-¡Qué boba!-
Fingí tener mucho interés en llegar a "recepción" me apresuré y sin decir nada, le hice un gesto, uno que decía "Gracias". Pero él se apresuró.
—Mi nombre es Guillermo, -sonrió- ¿Quieres que te ayude con eso? -Señaló las maletas-
—Ay,no, de verdad, gracias. -¿Así son todos los de NY? que suerte, una cuidad con chicos amables...-
—Bueno, te veo después, mucho gusto.
—Igual. -sonreí-
Guillermo caminó hacía un pequeño portal, que conectaba a el otro edificio, saludo a unos chicos de ahí, y me señaló; "Recepción".
Asentí con la cabeza, me sonrojé un poco, aquél letrero estaba muy visible, supongo que con las prisas no lo noté.
Caminé ya no aguantaba mis brazos, había cargado mis maletas durante todo ése tiempo. ¡Pero no! Elizabeth la fuerte no aceptó la ayuda de Guillermo. Ni modo, con fuerzas de flaqueza logré entrar a la pequeña "Recepción"
—Aaaaahg....-exalé-
Aquella habitación era una oficina, limpia y amueblada. Sencillamente...extravagante. Era atendida por una ancianita con cabello blanco, vestía una ropa formal, como de secretaria, hablabla por teléfono. Colgó el teléfono me dió un caluroso apretón de manos.
—Soy Janis Brown, soy la recepcionista encargada de explicarle las cosas a los recién llegados. —¡Bienvenida!—
—Soy...
—Claro, eres Elizabeth Green, Hija de el famoso músico John Green y sobrina de la importante socia de éste instituto Megan Grace.
—Ha acertado Janis, ¿Cómo lo supo?
—Pues...eso es mi trabajo,querida.
Abrí los ojos, estaba impresiaonada, ¿Acaso me habían inscrito a una sociedad secreta para dementes?
—Querida -rió un poco- Haz caído. Lo supe por tu carta de recomendación, y por tu solicitud.
—Lo supuse. -Reí-
—¿Y bien? ¿Lista para las instrucciones?
—Seguro, sólo déjeme sacar algo para tomar nota, soy muy olvidadiza.
—No te preocupes, aquí está tu horario
-Algebra, Química, literatura, Ciencias, Física, Introducción a las artes, Historia universal, Historia de EUA, Historia de las ciencias; ¿Qué carajos?- Estaba apunto de correr y esconderme debajo de una roca.
—No te asustes linda, no están malo como parece.
—Bueno...
Tu habitación está en el edificio de la izquierda, 3er piso. Habitación 234. Tu compañera se llama Anahí.
Muy bien.
—¡Suerte!
—Gracias.
Al entrar al edificio, pude notar pasillos, y más pasillos. Escaleras, como 2 cafeterías, baños y demasiados salones.
En términos generales, aquello me parecía una estúpidez. Tanto espacio, tantos lugares, hasta había una psicina, y según el pequeño mapa que venía alreverso de mi horario, había varias canchas para cada deporte; baloncesto, fútbol, y todo lo demás, lo que venía siendo... una pérdida de tiempo. En resumen: después de buscar, encontré un elevador, y presioné el 3er piso. Habitaciones aquí y allá, unas cuantas oficinas, todo sobre un magnífico piso. El 3er piso.
Incluso,encontrar mi habitación fue todo un desafío.Caminé mucho. Pude observar algunas chicas, todas diferentes, algunas tenían aspecto sombrío, otras parecían muy sofisticadas, y otras parecían estar muy ocupadas arreglándose el cabello.
-230, 231, 232..- Mientras buscaba mi habitación,ví una diminuta escalera, subí, eran como 5 escalones, después me encontré con un rellano. Me quedé pasmada. Asomé la cabeza por la ventana de ahí, para tomar aire fresco, y lo ví. Todo un campus, no era un edificio, detrás de el había toda una comunidad. Muchas más construcciones, como una sociedad secreta apartada de la civilización.
-Seguro que tienen hasta su propio bar, Un día de estos lo visito- Sarcasmo, es un arma que he empleado desde mi más tierna niñez.
Con mis llaves, -con un llavero más grande que mi cabeza- (supongo que eso es para no perderlas) Abrí con cuidado la puerta señalada con el número 234. Con una luz anaranjada de una lámpara de noche distinguí una habitación acogedora, con dos camas iguales, dos roperos, un librero, dos escritorios, un pequeño sofá entre otras cosas.
De pronto, sentí mucho sueño. y guardé mi equipaje en el ropero izquierdo, para derretirme en aquél sofá rosado. Toda la habitación estaba pintada de colores muy vivos, Azul el baño, Amarillo una pared, Verde la otra, Una sección de Naranja; (la sección de el sofá y el librero) mi favorito, era como el amanecer.
También las cortinas y las colchas, todo era de colores muy alegres. La impresión que me producía todo aquello, era como si la decoración estuviera acargo de un interiorista extremadamente loco, o un daltónico, quién sabe.Talvez los dos.
Caí profundamente dormida.