viernes, 27 de mayo de 2011

Finalmente

"Aveces la vida cambia; acostúmbrate."




Caminé, búscando a una persona decente, alguien amable que me guíara a la jodida recepción. Tengo que admitir que tenía cara de perro, no me sentía nada agusto con la linda despedida de la tía Megan.
Miré a mi alrededor, Un enorme campus; dos edificios conectados, tenían una apariencia seria, como una universidad,una gran fuente, y quien sabe que tendría dentro , tenía entendido que era preparatoria y secundaria, pero esto era horrorosamente...grande.
Cientos de adolescentes caminando, ocupados, con el móvil, riendo, o platicando. Todo aquéllo me confundía mucho. De pronto, mientras aún caminaba con la mirada abajo. Alguién me miró. No lo dudo dos veces y se acercó a mí
—Discúlpa ¿Eres nueva?
—Sí,-¡al fin!-  ¿me podrías decir en donde está recepción?
Sus labios se curvaron, mostrando una sonrisa burlona.
—Mira, en el primer edificio, alado hay un gran letrero donde dice "Recepción".
-¡Qué boba!-
Fingí tener mucho interés en llegar a "recepción" me apresuré y sin decir nada, le hice un gesto, uno que decía "Gracias". Pero él se apresuró.
—Mi nombre es Guillermo, -sonrió- ¿Quieres que te ayude con eso? -Señaló las maletas-
—Ay,no, de verdad, gracias. -¿Así son todos los de NY? que suerte, una cuidad con chicos amables...-
—Bueno, te veo después, mucho gusto.
—Igual. -sonreí-

Guillermo caminó hacía un pequeño portal, que conectaba a el otro edificio, saludo a unos chicos de ahí, y me señaló; "Recepción".
Asentí con la cabeza, me sonrojé un poco, aquél letrero estaba muy visible, supongo que con las prisas no lo noté.
Caminé ya no aguantaba mis brazos, había cargado mis maletas durante todo ése tiempo. ¡Pero no! Elizabeth la fuerte no aceptó la ayuda de Guillermo. Ni modo, con fuerzas de flaqueza logré entrar a la pequeña "Recepción"
—Aaaaahg....-exalé-
Aquella habitación era una oficina, limpia y amueblada. Sencillamente...extravagante. Era atendida por una ancianita con cabello blanco, vestía una ropa formal, como de secretaria, hablabla por teléfono. Colgó el teléfono me dió un caluroso apretón de manos.

—Soy Janis Brown, soy la recepcionista encargada de explicarle las cosas a los recién llegados. —¡Bienvenida!—
—Soy...
—Claro, eres Elizabeth Green, Hija de el famoso músico John Green  y sobrina de la importante socia de éste instituto Megan  Grace.

—Ha acertado Janis, ¿Cómo lo supo?
—Pues...eso es mi trabajo,querida.
Abrí los ojos, estaba impresiaonada, ¿Acaso me habían inscrito a una sociedad secreta para dementes?
—Querida -rió un poco- Haz caído. Lo supe por tu carta de recomendación, y por tu solicitud.
—Lo supuse. -Reí-
—¿Y bien? ¿Lista para las instrucciones?
—Seguro, sólo déjeme sacar algo para tomar nota, soy muy olvidadiza.
—No te preocupes, aquí está tu horario
-Algebra, Química, literatura, Ciencias, Física, Introducción a las artes, Historia universal, Historia de EUA, Historia de las ciencias; ¿Qué carajos?- Estaba apunto de correr y esconderme debajo de una roca.
—No te asustes linda, no están malo como parece.
—Bueno...
Tu habitación está en el edificio de la izquierda, 3er piso. Habitación 234. Tu compañera se llama Anahí.
Muy bien.
—¡Suerte!
—Gracias.
Al entrar al edificio, pude notar pasillos, y más pasillos. Escaleras, como 2 cafeterías, baños y demasiados salones.

En términos generales, aquello me parecía una estúpidez. Tanto espacio, tantos lugares, hasta  había una psicina, y según el pequeño mapa que venía alreverso de mi horario, había varias canchas para cada deporte; baloncesto, fútbol, y todo lo demás, lo que venía siendo... una pérdida de tiempo. En resumen: después de buscar, encontré un elevador, y presioné el 3er piso. Habitaciones aquí y allá, unas cuantas oficinas, todo sobre un magnífico piso. El 3er piso.
Incluso,encontrar mi habitación fue todo un desafío.Caminé mucho. Pude observar algunas chicas, todas diferentes, algunas tenían aspecto sombrío, otras parecían muy sofisticadas, y otras parecían estar muy ocupadas arreglándose el cabello.
-230, 231, 232..- Mientras buscaba mi habitación,ví una diminuta escalera, subí, eran como 5 escalones, después me encontré con un rellano. Me quedé pasmada. Asomé la cabeza por la ventana de ahí, para tomar aire fresco, y lo ví. Todo un campus, no era un edificio, detrás de el había  toda una comunidad. Muchas más construcciones, como una sociedad secreta apartada de la civilización.
-Seguro que tienen hasta su propio bar, Un día de estos lo visito- Sarcasmo, es un arma que he empleado desde mi más tierna niñez.
Con mis llaves, -con un llavero más grande que mi cabeza- (supongo que eso es para no perderlas) Abrí con cuidado la puerta señalada con el número 234. Con una luz anaranjada de una lámpara de noche distinguí una habitación acogedora, con dos camas iguales, dos roperos, un librero, dos escritorios, un pequeño sofá entre otras cosas.
De pronto, sentí mucho sueño. y guardé  mi equipaje en el ropero izquierdo, para derretirme en aquél sofá rosado. Toda la habitación estaba pintada de colores muy vivos, Azul el baño, Amarillo una pared, Verde la otra, Una sección de Naranja; (la sección de el sofá y el librero) mi favorito, era como el amanecer.
También las cortinas y las colchas, todo era de colores muy alegres. La impresión que me producía todo aquello, era como si la decoración estuviera acargo de un interiorista extremadamente loco, o un daltónico, quién sabe.Talvez los dos.
Caí profundamente dormida.

lunes, 23 de mayo de 2011

Viaje.

"Mis sueños carecen de valor alguno, mis planes son como el polvo, mis metas son imposibles..."

No todo es color de rosa.
En el avión, me invadió la melancolía, no quería llorar; no quería llamar la atención.
-¡Qué estoy haciendo aquí!- pensé.
El tiempo transcurrió rápido. Me dormí, suele pasarme, cuando estoy muy aburrida o triste. Supongo que en este caso eran los dos.
—Señorita...despierte...
Abrí los ojos y una señora de ojos grises y canas blancas, me tocaba el rostro desde su asiento, delante del mío.
—¿Te encuentras bien?
—Sí...sí.—Balbuceé.
—!Gracias por despertarme!
Ella sonrió.
De prisa, acomodé mi cabello, que se había enredado por doquier, acomodé mi blusa, y froté mis ojos, me levanté del asiento.
Recogí mi equipaje. Y me dirigí a la central, donde me encontraría con mi linda tía Megan.
Te explicaré como es mi tía Megan.
Alta, ojos verdes como los de mamá, Nariz respingada por algún cirujano, cabello perfectamente ondulado. Ella pasa de todo. En teoría es ama de casa, digo en teoría porque sin sus criadas, no sé como se mantendría esa casa a flote, no tiene hijos, tiene un chichuahua. Un mimado chichuahua vestido de rosa. -No entiendo porque la gente insiste en vestir a sus perros es...ridículo.- No es que la tía Megan sea una egoísta. Esque vive de la cara de los demás...demasiado preocupada por lo que el mundo piense de ella. Megan se la pasa todo el día afuera, tiene 43 años y sin hijos ¡ah! y su marido trabaja todo el tiempo, pero tiene más compromisos que la reina de Inglaterra. Sus clases de tai-chí y de Alemán. Por la tarde su yoga, Su clase de cocina francesa -No entiendo porque va a ahí si nunca cocina nada- Los fines de semana su golf, Pasa la mayoría del tiempo en su gimnasio hiperexclusivo sólo para mujeres en su propia casa. Por cierto, según mi madre, como bienvenida, yo también soy parte de ese club ahora. Creo que ese lugar es como demasiadas ricachonas juntas en muy poco espacio.
—¡Mi amor! ¡Cariño que hermosa estás!— Ví a la tía Megan aproximarse con un vestido parecido a los que usan las modelos en las grandes pasarelas, tacones altísimos y  maquillaje "importado"...
— Hola tía Meg...
Me besó las dos mejillas, casi sin aproximar sus labios, supongo que para no desperdiciar ése genuino labial digno de abrumar todo el día. Hizo un estruendo con sus labios al mismo tiempo
--muackkmuackk--
—¡Estás divina! Que linda, se ve que te pareces a mí. -Oh por Dios ¡trágame tierra!-
— Que lindo volver a verte... susurré
—¿Qué dices?
— Que estoy muy felíz, es lindo volver a verte. -Rayos, olvidé mi sonrisa falsa.-
— Quisiera ir de shopping contigo, pero no hay tiempo, Linda, te veré el sábado en el campus...
— Sí mi mamá me explicó...
—Hermosa, estarás ahí de lunes a viernes, pasarás el fin de semana conmigo. O puede que pronto hagas amigos !Puedes pasar el fin de semana con ellos!
"O puede que haga amigos" ¿Qué? me vio cara de chica tímida. Pues un poco, tengo que reconoserlo. Espero poder hacer amigos, para no tener que estar con ella, sé que suena cruel. Pero eso prefiero yo.
— Me parece perfect...
— Bonita ¿Qué haces?— Me llevaba unos pasos de ventaja. Sus asistentes llevaban mis maletas a toda velocidad.—Ya nos vamos—
Odio a la gente que habla sola, o lo que es lo mismo, odio a las personas que no me dejan hablar. Megan terminó su discurso alagador, continuó camindando. Muy mona sosteniendo un móvil y hablando sin parar, riéndose de alguna estupidez.
Me dejó con la palabra en la boca, y con un enfado más grande que el sistema solar, enterito.
Triste por mi partida, enfadada por la tía Megan, y con esa mezcla de impotencia, con odio, con rabia y la sensación que produce cuando los adultos no te quieren escuchar y les importa un pepino tus más mínimos intereses. Sólo se me ocurrió guardar esas energías para después.
Subí a ese coche último modelo, me dirigía al Campus.El chofer tenía cara de desdichado, pobre, seguro el también tenía que soportar a la tía Megan a diario, Suete que yo sólo los fines de semana. Ella estaba muy ocupada actualizando su página Myspace.
—¿Estás entusiasmada Cariño?
Asentí con la cabeza. Estaba muy nerviosa.
Me impresionó la ciudad, me sentía como en una de esas películas de comedia, con ese entorno urbano. Los cielos nublados de NY le daban un aspecto sofisticado a la ciudad. Después de dar vueltas y vueltas y más vueltas, Apareció... enorme... y monumental.
Instituto de la excelencia acádemica  Andrew Scope; (IAAS).
—¡Mucha suerte querida! Te explicarán todo en recepción
— ¿Voy a ir sola? ¿Yo sola?
—Cariño, vamos, no estás en el kinder ¿Sí? Anda, Sonríe.
Hice una mueca. y miré el campus, lleno de miles de estudiantes.
—Se buena niña y sonrie mucho, tienes la sonrisa de tu madre, y los ojos de tu padre. Y el encanto de tu tía favorita. Reluce esa belleza.
-Creí que me diría algo normal, algo típico; "Estudia, pon atención a tus maestros" pero esto...-

Típico de Megan, añadió un comentario Idiota.
—Sí me haces caso, ¡Romperás muchos corazones aquí!
— Yo no sé como ir a recep...
—Chao querída
--muackkmuackk--
Sin soltar su teléfono móvil, caminó hacía el coche y me mando besos en el aire.
Sonrío, y segundos después ya no estaba.
-¡Ahora como demonios encuentro "recepción"!-
Caminé con mis maletas hacía un mundo nuevo. Sin saber hacía donde ir...

domingo, 22 de mayo de 2011

Despedida.

 "Para aquellos que temen  y se oponen al cambio, abre los ojos, realidad todo cambia repentinamente, y sin avisarnos."


Era domingo, el sol brillaba. Estaba tibio afuera. Desperté, sabía lo que me esperaba; Mis maletas estaban hechas, y sólo faltaban algunas pizcas de motivación para  levantarme del sofá donde me había quedado dormida hasta tarde, viendo televisión en casa, por última vez. »Extrañaré mucho mi hogar« pensé. Mis ojos se tornaron brillosos al recordar todo lo que había vivido ahí. Mi casa era acogedora, extrañaría mi habitación, el estudio, el jardín, ¡Hasta el baño!. Lo mejor de toda la casa, mi familia. Mis padres. Soy hija única, así que no extrañaría a nadie...excepto por él.


—Así que...¿Te vas?— Bruno parecía estar molesto en lugar de triste o melancólico.
—Así es, como te expliqué; así es mejor para mis padres...— Trataba de sonreír, no podía, en realidad yo no quería ir a ningún lado, de hecho, ni siquiera quería ir a Canadá. Prefería mil veces estar en casa.
—Es que si tú hablaras con tus padres, esto no estaría sucediendo.—
—Me tendría que ir de todos modos. Mis papás están muy...
En un instante Bruno me sumergió en un abrazo, triste, y muy dramático,  pero fue un memorable abrazo. Como una cárcel, de donde no podría escapar.
Aún sin soltarme, me pidió que me cuidara, que siempre estaría ahí para mí, que nunca lo olvidara.Y muchas cosas más. De pronto miles de recuerdos se vinieron a mi mente.Como miles de imagenes que pasaban frente a mí, sin darme tiempo de hablar, me recordaban todo lo que había vivido con él.
Bruno es un año mayor que yo, pero ése nunca fue un problema, él había sido mi amigo desde la primera vez que visité aquel parque cerca de el lago. Aquel día nublado y frío, aquel día en que llovió y me quedé en su casa, aquel día donde apenas tenía 8 años.
—La escuela...¿sabes? va a ser duro sin ti, te voy a extrañar demasiado.
—Yo también, espero que nunca me olvides.
—¿Cómo podría?— Bruno sonrió.
Ya eran muchas despedidas, El viernes en la escuela me despedí también de todos mis compañeros, algunos parecían indiferentes, Otros parecían intrigados, les parecía "genial" ir a una escuela así, Otros me desearon buena suerte, otros pensativos. Como si dudaran, como si fuera una mentira.
Aquella mentira, era más real que todas mis emociones.
Me despedí de Bruno, me había citado en ése lago, para la gran despedida. Me regalo un CD que había preparado para mí, pero le prometí que lo vería hasta llegar a Nueva York. Me dió un beso en la mejilla y desapareció segundos después tras una nube de polvo. Se había marchado en su bicicleta.

Le pedí que no me acompañara a casa porque quería dar una gran caminata a solas, para organizar mis ideas. Cada paso se me hacía enterno, el viento sobre mi rostro, las pequeñas gotitas  de lluvia sobre mis hombros, era perfecto.
Como de costumbre llegué a casa, tomé la sección de cómics del periódico, y me dirigí a la cocina por un refrigerio. Mi madre estaba ahí.
—Te vas a Nueva York en media hora, ¿Todo en orden?
—Así es—hice un gesto.
—¿Ya están las maletas? ¿No olvidas nada?
—Sí y no.
—Bueno...—Mi madre trató de sonreír.
Tal vez era un poco dura con ella, pero todo esto era un gran sacrificio para mí.
—Cariño, esto es por tu bien, esta es una de las mejores escuelas, es por tu futuro.
—Está bien mamá...
—Uno no puede ir por la vida sin ningún tipo de conocimiento sobre la educación, Deberías estar agradecida de que podemos pagar esta escuela.
—¡Está bien! Ya entendí ¿Podrías dejarme a solas?
Sólo mi progenitora podría amargar mi refrigerio. Mi mamá abandonó la cocina como fiera, ardía por dentro.Mamá atravesó el pasillo, y tropezó con James, mi perro que tiene la mala construmbre de dormir en medio de los pasillos de la casa. Se escuchó un grito humano, y un gemido perruno y acto seguido apareció James con una exalación, como asustado.
—No te precupes James— Dije mientras acariciaba su cabesita.—Mamá está molesta, eso es todo. No pasará nada malo, sólo me voy por unos cuantos días, Papá y Mamá cuidaran de ti, en Canadá. Tengo entendido que allá hace mucho frío. ¿Estarás bien sin mi? -Oh si que lo estarás, pequeño travieso-.
Terminé de mimar a mi perro, y me despedía de la casa... de pronto llegó Papá.
—¿Todo en orden Eli?— Me miró.
—¡Sí! todo está perfectamente *perfecto*. Papá notó mi sarcasmo.
 — Vamos, hemos hablado de esto los últimos 3 días, para el drama chiquilla.
Odiaba que me llamara chiquilla. Subí al carro, y me mantuve callada todo el camino al aeropuerto.
—Cuida de papá. Ten paciencia con James. No es sólo un perro mimado, como sueles llamarlo.— Dije en un tono bastante frío mientras sacaba mis maletas del coche.
—¡Quien sabe! Tal vez y me convierto en una chica súper estudiosa y superada. ¡Esa que quieres que sea!
— Que graciosa Elizabeth— Respondió ella, al mismo tiempo que me daba un abrazo.
Después se unió papá. Me dijeron palabras "alentadoras" y "positivas".
—¡Que te diviertas! Haces muchos amigos.
Papá se acercó a mí y me dió un beso de eso que retumban por todo el lugar.
Lo siguiente que recuerdo es el coche marchándose.
Entre al aeropuerto. Tomé mi boleto.
- !Qué día tan loco!- pensé.
Tomé el vuelo a Nueva York. Estaba realmente nerviosa.

viernes, 20 de mayo de 2011

Inicio, algo para recordar.

"A fin de cuentas la decisión de ir fue mía;no se podría culpar a nadie más.Constantemente  me detengo a reconsiderarlo, me resulta casi imposible pensar que yo, una chica sencilla y tranquila, se adentrara a las entrañas de una inmensa ciudad.Sí, así como suena: una inmensa y desconocida ciudad."

Quiero que quede claro que me resistí lo más que pude, pero al final de todo, y finalmente, la decisión fue nadamás que sólo mía.
Elizabeth es un nombre que me persigue desde el primer momento, desde el principio del principio,desde que nací. He vivido con mis padres durante toda mi vida en ésta pequeña comunidad, no le llamaría una granja o un lejano pueblito, pero eso sí; En todas partes hay rincones verdes, está lleno de vida.No hay mucha población, lo que en realidad me gusta porque todos nos conocemos entre sí.Está un poco lejos de las grandes ciudades. Idea de mis padres, según ellos éste era un mejor entorno para desarrollarnos como familia.Todo esto hasta ahora, que han desidido reconsiderar un poco "el asunto de mis estudios". Mis padres son músicos por así decirlo.
Mi padre es un clavecinista , pianista , y constructor de clavecines. Su nombre es John.Mi madre, Elisa,se dedica desde hace mucho tiempo, íncluso antes de que yo naciera,  a la enseñanza musical para niños, que más tarde experimentó en mí. Yo tenía 3 años cuando comencé. Doy gracias a ello, pues poco tiempo después -y durante los 11 años siguientes- mi vida se llenó de música.Sé tocar algunos instrumentos, sin duda mi favorito es el teclado, todo lo que tenga que ver con teclados, teclados de viento, teclados eléctronicos,y hasta de cuerdas. Me fascina. Aprendí varias cosas,varias técnicas, nunca llegué a saber del todo. Mi padre, salía constantemente a acompañar orquestas, conciertos de música clásica, y también instrumentales,así que me quedaba con mi madre en casa, Aprendiendo lo más simple: entender el concepto abstrácto de la música. Claro que mi padre me deleitaría con sus conocimientos.He aprendido muchísimo de él. Respecto a lo  estudiantil, nunca he sido de las mejores alumnas, "-Eres muy distraída Elizabeth , tienes que despertar, ¡Elizabeth!-" Exclamaban algunos de mis profesores durante mi fascinante pero mediocre vida escolar. En parte puedo reconocer que me distraigo un poco, sólo un poquito. Es por eso que mis padres han tomado la iniciativa de llevarme a un internado, no una escuela especial para chicas rebeldes, ni un centro psiquiátrico:¡Un internado!.  
— Cariño, estabamos pensando que como tu padre y yo nos iremos pronto a Canadá, por lo de el instituto de artes...
 —Iré con ustedes — Le dije  con toda naturalidad a mi madre, quién parecía un poco nerviosa.
 —No podrá ser así Eli, son demasiados viajes y tu no te aplicas como deberías en la escuela.
 —¿Cómo? ¿Dejarán el instituto para que me quedé en la escuela?... —¡Tonterías!— Exclamé.
 —!No!— Elizabeth porfavor escúcha bien, Nosotros iremos a Canadá, y mientras estamos allá...Tú podrías... estabamos pensando en la posiblilidad de un instituto en Nueva York...
 — ¿Queeeeé? — -Esto no está pasando- pensé. La habitación se hacía cada vez más pequeña, Me sentía atrapada, Miles de pensamientos se vinieron a mi cabeza como un enjambre de abejas,Me pusé muy nerviosa y me dió un tremendo retorcijón en el estómago. Todo al mismo tiempo.
 —¿Cómo iría? Soy muy jovén como para vivir sola. ¡Y luego en Nueva York! Lejos de ustedes...me perdería.Voy a estar sola y además...
— Elizabeth... es un internado— mi madre interrumpió, parecía molesta y estresada, Serían asuntos del viaje y de las preparaciones que tenía que hacer para el instituto de Artes, a mis padres los habían escogido para algo así como premio a la enseñanza, y serían profesores ahí por un tiempo.
—dormirías ahí las 24 horas del día, y saldrías los fines de semana... Te quedarías con tu tía Megan.—
-¡Mi tía Megan!-, Claro yo siempre tenía esa mala suerte, era el destino cruel que movía sus dedos en dirección a mi desgracia. Me sentía destrozada. No es que la Tía Megan sea una bruja, simplemente es todo lo contrario a mí, a mi mundo.¿Dos polos opuestos que se atraen?.No lo creo. En efecto, la tía Megan me producía deseos de correr por lo menos 3 metros lejos de ella. ¿Lo disimulaba? Creo que más o menos, No importaba mucho.La veía pocas veces. En reuniones familiares.
—¡Ah!— Exclamó mamá mientras miraba alrededor, como búscando algo,Búscaba una frase que me hiciera cambiar de opinión. Movía su cabeza constantemente. Tenía un rostro horrible. Lo que me hizo comprender lo que significaba para ella ir a Canadá. Tras vivir a la sombra de mi padre como músico, Mi mamá deseeaba un poquito de crédito, o qué sé yo, reencontrarse con la música,Talvez.
—Está bien mamá.— Esas 3 últimas palabras me provocarón una sensación extraña.
Ella se quedó blanca, muda y como clavada al suelo...Debió valorar varias posibilidades antes de responder. Y porsupuesto,la suya no fue una respuesta fácil, ni breve, tampoco sin consecuencias.








jueves, 19 de mayo de 2011

"Dejar de ser"

Puedo dejar de pretender, más no puedo dejar de amar
Puedo dejar de dormir, pero nunca podré dejar de soñar
Talvez pueda  dejar de ver, pero no dejaré de escucharte
Dicho así, parecía que el amor se marchaba.
Al final se quedó ahí;Observándonos...