martes, 20 de septiembre de 2011

¿Porqué?

Caminaba despreocupada y con pasos amplios, pisando mis jeans azul cielo.
Mi camiseta blanca con mangas cortas llevaba escrito entre muchos colores "Life is good" y valla que me lo tomaba enserio.
Descargué toda la angustia que tenía por aquella charla entre Anahí y Anne, se lo dejaría al destino; que fuera lo que él quisése. Después de huir de allí era lo mejor que podía hacer.
Cuando caminaba en un transe hipnótico por aquellos pasillos tan angostos y llenos de gente, me detenía a observar el techo y nada más me importaba. ¿Qué hay allá? ¿Qué hay arriba? Me preguntaba.
Nada, no hay nada -respondía- salvo que otros dos pisos llenos de chicas con labios rositas y rubor en las mejillas, todas amontonadas y parlanchinas -pensé-
¿Qué hay más allá? -volví a preguntar- Nada, un cielo gris que abraza la ciudad -respondí-  ¿Qué hay más más más allá? -pensé casi en voz alta-
Está Bruno, James, y tu familia -respondí fríamente-
¿Qué hacen ellos? -pregunté-
Talvez te extrañan, talvez te lloran, talvez te recuerdan con meláncolia, talvez.... talvez te olvidaron
-respondí-

—¿Qué te pasa Eli? Estás como perdida  —interrumpió Charlie aproximándose amí
—¿Eh?
—¿Qué pasa con ese cerebrito tuyo que te trae tan pensativa?
—Eh, claro. Toma  —dije sacándo los boletos para la tocada de Leonardo
—Oh, te invitaron. ¿Quién? Fue Gustavo, Abraham o...
—Quiero que vayas conmigo
—Eh sí sí, pero... -decía pensativo-
—Ah claro. Te ha invitado Leonardo. ¿Cierto?-preguntó-
—Sí, lo hizo. —dije ruborizada—
—Oh, Elizabeth... —dijo boquiabierto—
—No es para tanto, son sólo unos boletos. —dije despreocupada—
—Uy pero -continúo con tono pícaro-  te habló, y quiere que vayas a su tocada. Eso me suena a aaaaamor...
—Ay que pesado eres Charlie -interrumpí- ni que fuera la única chica a la que invitó...
—Pues no, irá la mayoría del campus, los de nuestro grado
—¿E-en serio? -dije un poco triste-
—Sí, el objetivo de Leonardo esque el lugar esté lleno para recibir buenas críticas.
—Claaaaro. --Confieso que en ése momento quería matar a Charlie--
—Sí...

Bajé la mirada un poco y me puse muy boba, muy... ¿triste? sentía feo en el corazón.
Qué tonta. Qué ilusa. ¿Cómo me puse a imaginar que Leonardo me invitaría exclusivamente amí? Soy toda una papanatas. De seguro pensó: "Uy invitaré a aquella chica rara que babea por mí para que valla a aplaudirme como nunca" "Así me contratará un manager milagroso que me hará mejor que los malditos Beatles" ¡Malditos managers!
—¿Elizabeth?
—Eh...¿Qué?
— Otravez estás navegando en tus propios pensamientos -rodeó los ojos-
—¿Qué? Discúlpa no escuché --Estaba muy ocupada extrangulándote en mi cabeza Charlie-- pensé
—Oh, Elizabeth, de verdad perdóname si herí tus sentimientos -dijo-
—No, no para nada.... Esque... -continué después de una largo suspiro-  tengo muchas cosas en la cabeza.
—¿Acaso estás triste? ¿En verdad te gusta ése Leonardo, ah? -indagó Charlie-
—¡No! Ahora; shhhhh -dije casi gritándo- no valla a ser que nos escuchen y piensen las cosas equivocadas.
—Creo —continúo Charlie— que deberías descanzar.
—Sí...
--Bueno Charlie gracias por joder mi autoestima-- Pensé
—Ya me voy —me despedi—
—No me gusta verte así —dijo—
—¡Ya te dije que estoy bien, maldita sea!
—Ay... perdón, creo que estas alterada... ¿Quieres salir a tomar aire fresco?
—Dije: ya me voy  —respondi—
—Bueno...

Caminé muy muy rápido, escapando de toda realidad.
Pero que torpe me sentía. ¿Porqué me sentía tan mal por algo...algo tan simple?
Como era de costrumbre, después de clases me dirigí a la habitación. Me recosté en la cama y miré el techo blanco que se asomaba desde lejos. Blanco, cada día más pálido, más simple, más sombrío y más insípido.
Rodeé mi cuerpo para no verlo más, tal cosa me ponía aún más triste. Y vaya que más triste no se podía estar...
Recordé algunas palabras de mi vecina Nancy, con quién solía quedarme los fines de semana cuando vivía en mi antiguo hogar. Una viejecita de cabello blanco como la nieve, ojos grises y corazón enorme.

"Corazón que suspira, no tiene lo que aspira.... entonces es amor"

---Entonces el amor se trata sólo de eso. ¿De sufrir?
De esperar, de encontrar de descubrir y finalmente odiar. Un momento... No le quiero temer al amor, lo mejor será no hacerme espectativas falsas. Iré a la tocada ésa, sin falsas  ilusiones. Voy a divertirme. Tengo casi 15 años; ¿porqué no pasarla bien?
Talvez y hasta... Leonardo y yo la pasemos bien. Quiero decir... sin nada de cosas de amor.----

Ése último diálogo conmigo misma me sirvió de algo, me alimentó el alma y me dió fuerzas.

—¿Elizabeth?— decía una voz desde afuera.
—¿Quién es?—
—Pues ¿Quién va a ser? Abre, cabeza de chorlito—
Definitivamente era Anne a la puerta.
—Enseguida le abro su majestad dije con sarcasmo
Abrí de golpe y ví sus ojos marrones que buscaban un abrazo, tenía un brillo en el rostro y una sonrisa inusual.
—¿Qué pasa?
—Hice las pases con Anahí... -dijo eséptica-
—Wow...
—Bueno... ¿No me vas a invitar a pasar? Esto debemos de platicarlo.
—Eh sí sí, pasa...
Entró e inspeccionó el lugar. Mira alrededor constantemente. Hizo unos gestos raros y miro la cama aún desordenada con discos alrededor. De nuevo el gesto extraño.
—¿Qué tiene? -pregunté confundida-
—Nada... algo tienes. ¿Qué te pasó?
~Mierda, como sabe todo lo que me pasa~  pensé
—Tengo sueño -mentí-
—Ajaáámmm— me dijo mirándome fijamente a los ojos
—Bueno... ¿no me vas a contar lo de Anahí?
— Me pidió disculpas, en fin... fue una cursileria. La conoces bien...
-asentí con la cabeza-
—Bueno -continuó- la cosa es que estamos bien. quiero decir.... se puede decir que me agrada un poquitín... -dijo en voz bajita-
--¿Qué no la odiaba?-- pensé
¿Qué cosas pudo haber dicho Anahí para que se solucionara? En verdad, Anne y Anahí eran ciertamente, almas complicadas...

martes, 13 de septiembre de 2011

Incómodo o no, estaba pasándo.

Después de algún tiempo caminando en los alrededores del Campus, logré ver una cara conocida. Era Anahí, parecía muy ocupada y concentrada. Algo inusual en ella. Parecía buscar algo.
¿Pero, qué?
Entonces recordé sus últimas palabras:
"Yo misma hablaré con ella, ténlo por seguro... Amanda tú y yo; seremos las tres mejores amigas en el planeta"
--Oh santo Dios...-- pensé
De inmediato reaccioné y me apresuré a esconder a Anne. No quería que nada malo sucediera después de mi linda charla con Leonardo.
—Mmmmm ya vamonos ¿No?     -le dije repentinamente-
—¿A dónde?
—Eh, a afuera. ¿Sí?
—No, me toca historia y es en ése salón    -ligeramente apuntó justo a la puerta donde se recargaba Anahí-
Continuó caminando, pero lo impedí.
—¿Qué te sucede?—  -decía Anne mientas la empujaba hacía atrás-
—Nada, nada... -continúaba con la respiración cortada-
—¿Qué te pasa? ¡Demente! Suéltameeeeeeee -decía mientras me apartaba con sus brazos-
—¡Entiende! - suplicaba yo-

Si Anahí encontraba a Anne... le diría alguna fatalidad. Una fatalidad para hacer las pases, pero en fin; una fatalidad. Anne explotaría.... explotaría del enojo. Sé que suena egoísta pero... ¡Arruinaría mi fin de semana!
Anne dejo de caminar en dirección contraria amí, apoyándo firmemente sus pies en el suelo; haciéndole frente a mi marcha y declarándo guerra... yo seguía empujándo su cuerpo hacía el fondo del pasillo, entonces mis pantorrillas tropezaron con las suyas haciéndo perdiera rápidamente el equilibrio, que tropezara y que mi cabeza tocara el suelo... allí tiradas las dos, nos mirabamos mutúamente. Anne estaba enojadísima conmigo.
Aún en el suelo, Anne quejándose decía:

—¡Que torpe eres Elizabeth! -se tocaba el rostro y tenía una cara de jaqueca increíble-
—Discúlpame Anne -decía yo avergonzada-
Un chico rubio y de ojos claros se aproximó a nosotras como de rayo.Nos  miró duránte un segundo e instantes después intentaba levantar a Anne. ¿Ah, yo? Yo bien gracias tirada en el suelo.
—Gracias -decía Anne un poco roja, mientras se arreglaba su despeinada melena-
El chico lindo le devolvió una sonrisa mientras se alejaba lentamente.
--¡Qué rayos!-- pensé aún en el suelo
—Oh Elizabeth, ¿Qué esperas? Levántate...
—Oh Anne, ¡NADA! Estoy probándo lo rico que es apreciar el techo desde el suelo.
Rodeó los ojos y apartó su vista de mí, volteó a ver a ése chico y le sonrió de nuevo.
—¿Así que es él?
—¿Él qué? -rodeó los ojos-
—Él te gusta -afirmé-
—¡No! Por Dios Elizabeth, es Brian. Es totalmente un mujeriego. Jamás haría semejante estupidez.
—Es un suicidio estúpido  y automático a tu corazón -advertí-
—Sí,  eso y aceptar a 20 socias más... -Dijo con cierto enfado-
—Ajám... Además el sólo busca diversión -afirmé-
—¡Osssh ya! -rechinó los dientes-
Depronto una voz conocida se aproximaba con pasos firmes.
—Anne... -dijo su voz chillona y alegre-
—A-a-anahí -tartamudeó-
 --Creo que ni ella lo esperaba--
—Eeeemmh, ¿Qué tal Anahí? -dije-
--Esto es tan.... ¡Extraño!--  pensé.
—Eh, pues nada. -Anahí me respondió con cierto miedo, se le notaba en la voz-
—Ah... y... eh... mmm...  -balbuseaba Anne todavía en shock-
—Anne, yo quería decirte que... -bajó la mirada un poco-
Ahí estaban las dos, si odiarse, sin siquiera querer tocar un pelo de su oponente, sin ataques previos, sin golpes, sin agredir...  simplemente avergonzadas por su bochornosa discusión... en un dilema.
—¿Qué pasa? -dijo Anne-
—Yo...
—Eh.... tengo clases, chao. -me adelanté mientras caminaba a toda prisa-

No quería apreciar dicho espectáculo, bueno o malo, terminaría con una consecuencia que no me animaba a descubrir.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Leonardo

Mi corazón se aceleraba lentamente... era extraño, podía sentir los estruendos que éste daba contra mi pecho;  -Que incómodidad tan divina- pensó una parte de mí, que no podía controlar... por otro lado estaba yo realmente nerviosa; tenía el alma en la boca y mi cuerpo invadido por un suspiro contenido de adrenalina increíble.
En un previo instante me armé de valor e inesplicablemente logré hacerle frente y pronunciar unas palabras.


—Me llamo Elizabeth...—  dije e un tono suave y calmado, intentando ahogar todas las emociones que en el corazón sentía.
—Mucho gusto -pronunció-

Cuando ví sus ojos... sus ojos soñolientos, amables, llenos de luz y misterio. Mostraba una sonrisa y entre parpadeo dejaba ver una bella luz gris.... esmeralda... ¿azul?... de colores era mi paraíso.
—¿Pa-para qué querías verme?— -pregunté haciendo circulitos imaginarios con los dedos en mi cuaderno, estaba muy nerviosa y después de esa frase (y de ver aquellos ojos) nadamás se me ocurrio ocultar la mirada-

—Pues... yo sólo quería saber sobre ti. Te he visto en varias ocasiones. Me parecio lindo venir a saludarte.
—Que amable de tu parte—  dije un poco sonrojada  —Yo también te había visto un par de veces... pensé en hablarte pero esta semana he estado muy agitada.
—¿Tareas,ah?
—Sí algo así...
Un estúpido y sonoro sonido invadió la conversación mientras mis ojos perdían la luz...
—Me tengo que ir Elizabeth, tengo álgebra.
—No te preocupes. ¿Podemos hablar después? -agregué con una sonrisa-
—Claro, te veo luego.
—Sí,sí. -mis ojos aún le seguían la mirada, entonces retrocedió y me despidió con una cálida sonrisa-
Mientras se alejaba, mi corazón recuperaba su ritmo normal y mis pantorrillas dejaban de temblar como gelatina. Todo se consumió en un suspiro y me deje llevar por el momento.
Hipnotizada, y alejada de la realidad, me encontraba yo viendo hacía el vacío contemplando en mi mente todo lo sucedido. Era perfecto. Entonces alguién me interrumpió...


—¡Hola Elizabeht!—  -dijo Anne mientras se aproximaba amí-
—Hola Anne...  -dije volviendo a la realidad-
—¿Estás lista para tu 1er fin de semana en Nueva York? -me decía con cierta alegría desmedida, lo que era inusual en Anne-
—¿Estaaaaás lista? Lista,lista,lista... -decía sin pausas sonoramente-
—Sí algo así—  le dije entre risas, su cara de maniática me mataba.
—Perfecto ¿A dónde quieres ir?
—Ah pues estaba pensando...
-- ¿Y Anahí? ¿Y Charlie?-- --Por Charlie no hay problema... pero Anahí...-- pensé
—¿Qué pasa? -me preguntó-
—No, nada...
—Jóvenes saquen sus libros, porfavor. Comencemos con la clase de hoy... -interrumpió aquel viejo barbón de la esquina, al que llamaba "Profesor"-
Saqué mi libro y me dispuse a poner atención. Qué extraño de mi parte.
( . . .)
Mientras caminabamos después de clase, Anne me miraba raro, poco a poco se daba cuenta...
—Anda Eli... ¿Qué te pasa? Yo sé cuando tienes algo -concluyó-
Nada Anne, lo que pasa es que me preocupa...


—Elizabeth...  -tomó mi brazo.... era  alguien atrás de mí-
Cuando volteé... lo ví. Junto amí, tan cerquitas y aclamándo mi nombre.
—Leonardo... hola.  -dije un poco nerviosa-
—¿Tienes planes para el fin de semana? ¿Saldrás con tu amiga? -me preguntó mientras observaba a Anne-
—Mmmmm—  dije mientras le buscaba la mirada  a Anne, quién tenía la boca abierta y los ojos de plato
—¿Eh?— dijo mientras le toqueteaba el codo --¡Anne, porfavor interfiere con ésto!-- pensaba exaltada
—Ah sí , sí. Emmmh pues aún no planeamos nada, Elizabeth está libre...  —añadió con una sonrisa—
Yo le sonreí con un gesto de "Mil gracias" y me llevé las manos al estómago. Estaba hambrienta, o con los nervios que merodeaban en mí, tenía toda una revolución en el estómago. Entonces esperábamos la pregunta, la respuesta, el comentario o lo que sea que fuese... ¿Leonardo me invitaría a algún lado? Muy loco como para ser cierto.

—Me gustaría invitarte... invitarlas —corrigió— a un.....es una presentación de mi banda. Va a ser en un lugar llamado 'highway 69'  un poco cerca de aquí, si están 100% disponibles, les podría obsequiar algunos boletos.
—¡Claro! -dijo Anne-  que amable de tu parte; esto va a estar genial.
—Gr-gracias Leonardo -dije un poco ruborizada- en verdad, lo aprecio mucho. -Me miro como cerca de 30 segundos, sentía heladas las manos y los pies... después apartó la mirada de una manera inesperada-
—¿Necesitan más boletos? ¿Qusieran llevar a alguien?  —dijo mientras sacaba algo de su bolsillo—
Anne puso unos ojos tremendos, una luz directa en las pupilas; su boca se preparaba para soltar un sonoro "SÍÍÍ" pero yo me adelanté... ¿Cómo nos aprovecharíamos de el pobre Leonardo? ¿Pedirle más boletos? Eso es grosero... bueno eso pienso yo.

—Nonono. No quisieramos molestarte con eso... de verdad— -agregué rápidamente en tono nervioso-
— ¡No es molestia! entre más personas vayan es mejor, además irán algunos compañeros del campus. Sería muy lindo que trajeras a tus amigos.
—Ah...ah, pues en ése caso; ¿Me regalas 2 boletos más?
—Claro— sacó 4 boletos y me los entregó en la mano
Al sentir el rose de sus dedos con mi mano me desvanecí. Fue algo eléctrico y no pude evitar sonrojarme...
—Te veré ahí, Elizabeth.
—Eh, claro. Nos veremos ahí...
--¿"Nos veremos ahí"? qué estúpidez... ¿Qué cosa acabo de decir?-- pensaba en un abismo de verguenza

—WOW— exclamó Anne —Sí que te mueres por ése Leonardo.
— ¿Se me nota mucho?  -dije preocupada-
—Se te nota como... como que tienes dos ojos en tu cara. Así es de evidente tu amor hacía Leonardo.
— Para ya Anne, no lo amo.  --Ni yo me creía ésa!--
—Ay sí. AJÁ.  -rodeó los ojos-
—¿Me veo muy... tonta?
—No, Eliza...para nada. Te ves como lo que eres.  —me sonrió amablemente—
—¿Qué soy? -le pregunté confundida-
—Una enferma -añadió sin cuidado-
—¿Quééé?
—Sí, una enferma del club de las enamoradas crónicas.
—Ja-ja— le dije con sarcasmo.
Anne me miraba con una sonrisa de oreja a oreja, parecía que le habían contado un chiste. Si contuvo las carcajadas fue porque seguramente se dió cuenta de lo serio de la situación. Hasta parecía que contenía aire en su estómago para aguantarse las ganas.
—Nunca te imaginé enamorada... y menos de él...  -Dijo todavía sin llegar a creerlo del todo-
—¿Qué tiene de malo él?
—Creéme, ustedes dos no pegan ni con el pegamento más fuerte del mercado.
—¿Qué tengo? —¿Hay algo mal en mí?
—Tú eres muy... diferente a él. Él escucha The clash;  tú Bethoveen... El es un chico heavy, tú eres muy...
— No importa. -interrumpí-
—Además es muy serio.
—No lo sé, creo que no importa. No. No importa.
Anne me miraba detenidamente. Como si nunca ubiera presenciado el amor a primera vista; o ésa cosa que sentía en el corazón.
Lo que movía mis pies, y aceleraba el alma.
La verdad... yo nunca había presenciado tal cosa.
¿Enamorada yo? Qué raro, aunque talvez Anne tuviera razón. Nunca me había pasado hasta ése momento, así que no conocía ninguno de los sítomas.
¿Los tendría yo?











lunes, 29 de agosto de 2011

¿Sueño, quizas?

Era un aún jueves por la mañana, muy temprano para ser claros.
Un día escencial, en el que...,siendo muy exagerados, se marcaría una diferencia. 
Un día y contándo para ser Sábado, lo que significaba una sola cosa.
¿Fin de semana?...POR SUPUESTO.
Pero... ¿A qué acontese? Un día aburrido en el campus, sin clases u otras distracciones... ¡Que digo distracciones! ¡Sin tareas!
Y como consecuencia... fin de semana libre, lo cuál nos lleva a...
F i n     d e    S e m a n a   A F U E R A.
Así es: yo sola (mejor dicho con mis compañeros) en la gran ciudad de Nueva York.

Entonces con todos aquellos pensamientos hechos un lío en mi cabeza, me levanté del sofá...(¿cómo llegué ahí?...) solté  de mis manos un libro de Química para 3er grado...(¿Y eso?) y me metí con pasitos torpes a la ducha. Todo sucedía mientras un individuo de cabello largo y negro se aproximaba amí sin yo siquiera darme cuenta...
Tomé una toalla y la envolví en mi torso semi-desnudo. Me puse las zapatillas para ducha, y me recojí el pelo. Entonces mientras merodeaba en el baño en busca de jabón neutro (no jabón de miel con más miel  con té de árboles aromáticos; revuelto con flores del campo de quién sabe donde ...) ¿Adivinaste? El jabón de Anahí.

—Te tengo—    —dije al tomar el último jabón neutro de mi baño—
—¡Y yo te tengo a tí impostora!—   dijo una voz a mis espaldas
—¡Dios mío!—  —exclamé de un salto aún sin voltearme a ver de dónde provenía la voz—
—A-a--nahí.... —dije acomodandome la toalla, temía que se cayera al piso y por consecuencia una tragedia vergonzosa—

—¡Mira lo que encontré en los bolsillos de tus jeans!
--Oh rayos rayos rayos....--
— Un ticked del día de ayer ¡Fuiste ayer al snack con Ana! Me mentiste ¡Dijiste que ibas a estudiar!
—Anahí....
—¡ELIZABETH! —gritó y retrocedí—     --Quiero que quede claro que cuando Anahí grita...GRITA--
—Sólo dilo ¿No te agrado, verdad?
—Ése es el problema.... me agradan las dos, y no puedo clonarme para satisfacerlas. dije en un toco frío y rápido, como pre-grabado, esa frase había sonado tanto en mi cabeza que ya ni sonaba natural, tenía un sonido extraño, como un estornudo que sale del cuerpo por inercia.

Después de esa frase Anahí me miro fijamente, talvez no captaba la idea. Rendida me quédé fija al suelo unos segundos después me incorporé al escalón del baño para tomar asiento... respiré y clave la mirada al horizonte.
—¡Oh Elizbeth! —con el corazón en un brinco se acercó a estrechar sus brazos conmigo—
—¿Esto te está dando vueltas la cabeza, cierto? Pobresilla de ti.
El dramatismo de Anahí era exagerado, pero de alguna forma siempre me había hecho sentir mejor...
—Deja que esto lo solucione yo ¿Quieres? —decía en un tono cursi— Yo haré las pases con Amanda, y todo estará bien... ¿Quién sabe? Talvez seremos las 3 mejores amigas en el planeta...
—Anne... interrumpí Anahí, su nombre es Anne.
—Claro, lo tengo.


Después de esa charla, no tomé mi ducha agusto, ni me comí mi yogurth matutino agusto, nisiquiera caminé los pasillos agusto, por estar pensando en que locura cometería Anahí para arreglar las cosas con Anne.
Podía ser una 3er guerra mundial.
Tanto así que me olvidé de planear mi fin de semana.

—¡Enana! -Charlie mientras corría hacia mí-  —¿Porqué tan seria? Estás perdida, ni siquiera haz notado que Don risitos de chocolate amargo está justo detrás de ti.
—¿Qu-é?  -volteé la mirada y efectivamente Leonardo caminaba justo detrás de mí-  —¿Qué cosas dices Charlie? Te afecta la brisa de allá arriba —dije mientras me sonrojaba, y escondía el rostro—
—Sabes que te mata me dijo al oído
—Déjate de estupideces dije entre risas tontas
—¡Quién es mi enana! —Dijo llevándome entre sus brazos, haciendo que mis pies dejaran de tocar suelo—
—¿Qué te sucede hoy? ¡Bajáme!
—Hay que sacarle celos a tu galán —dijo con una mirada pícara—
—No cuentes conmigo... no tengo "galán"
—Como quieras... me voy tengo clase en historia, ¿Te veo luego?
—Claro
—Adiós
—Adiós
 De proto sentí la extraña sensación de que alguien me seguía con la mirada, ya sabes, esa extraña sensación que no puedes describir...--Debe de ser aquella pelirroja-- de imediato giré la cabeza y puse mi cara de agresividad.

¡Oh pero que sorpresa! Sostuvo mirada y me vio disimuladamente a los ojos...  de inmediato cambie mi cara de agresividad a pánico.
Era Leonardo.... me miró extraño, luego aparto la vista de mí.
--Seguro lo intimidé; seguro puse una horrible cara... se asustó, ¡No se asusto! ¡le parezco horrible!-- pensé entre casi sollozos.

Corrí y me senté en lo que sería un asiento de clase, pero para mi era un abismo donde mi corazón se hacía trizas.
—Disculpa --sentí una mano sobre mi hombro...¿Acaso...?--
—Mi nombre es Leonardo, perdón por asustarte así en el pasillo, no quería hacero, lo que sucede es que he querido hablarte desde hace unos días pero nunca se prestaba la oportunidad...
--¿Estoy soñando?--

( . . .)










jueves, 25 de agosto de 2011

Algo

Los días transcurrieron normalmente, las clases se ponían interesantes, mis cuadernos cada vez tenían más apuntes y por las tardes tenía  montones de libros por leer. Aveces, y de pura casualidad, me topaba con aquel sujeto de rizos, todo se tornaba rosa y veía su caminar en cámara lenta... mientras una brisa golpeaba con delicadeza su melena, se aproximaba a su casillero (afortunadamente enfrente del mío ¡Sí! Enfrente del mío...) rodaba los ojos al ver el horario; faltaban muchas horas para el almuerzo, y eso lo ponía mal . Aquel gesto me mataba, aún sabiéndo que era de desagrado: todo en él para mí era perfecto.Sutilmente daba la vuelta y se incorporaba lentamente al pasillo.
Entonces yo como idiota me detenía para mirarlo, aveces me preguntaba si algún día le hablaría...
También me pasaron algunas tragedias, después de la pelea entre Anne y Anahí, todo se puso denso. Ahora no podía estar con Anne si estaba cerca de Anahí, y viceversa. Tenía una doble vida. Para Anahí yo estaba 'estudiando Matemáticas en la biblioteca', pero en realidad yo estaba pasando un rato con Anne en la terraza del tercer piso, para Anne yo estaba 'practicándo tennis en la cancha', pero en realidad pasaba la tarde en la habitación; con Anahí.

—No sé, me gustaría ser como aquellos que disfrutan tener una doblevida. Esos de la televisión que hacen lucir todo interesante y no complicado —le decía a Charlie mientras caminabamos juntos a clase de Química—
—¿Cómo quienes? —me preguntaba confundido—
—No lo sé... tú sabes...Batman, Peter Parker --Al escuchar éste último,  me miró con cara de estar viendo un bicho raro,y tratandose de mí, usualmente agregué algo mucho peor-- —¿Hannah Montana?
Se rió en un tono muy alto, mientras el brillo se apoderaba de sus pupilas, y alcanzó a decir:
—Ay Elizabeth, eres muy chistosa...
—¡No te burles! —exclamé— estoy hablándo enserio esto de Anne y Anahí me mata.
—Deberías decirles la verdad, esto es muy infantil, además tú lo estás siendo, evadir las cosas no es la solución...
—No lo he planeado Charlie... en ningún momento.
—¿Entonces de dónde salen todas estas escusas?
—Al momento, tengo planes con Anahí y Anne me sale con alguna de sus sorpresas... entonces tengo que mentir de nuevo.... y me siento mal conmigo misma, hace días que me siento así —añadí con meláncolía—
—Tomas desiciones fáciles y rápidas, creéme esas nunca funcionan, nunca.
—Gracias Charlie, —apoyé mi cabeza sobre su hombro—  tú siempre me haces sentir mejor... creo que es tiempo de decirles.
Se agachó un poco e hizo lo mismo, —¡Y tú eres una enana! —dijo— Mira me llegas apenas a los hombros...—pequeñita Eli   —agregó en tono burlón—
—JA-JA muy chistoso, no es mi culpa que seas tan alto, maldición ya llegas casi al techo —dije bromeándo—
Reímos durante un rato y finalizamos la caminata a clase.
Charlie era un amigo estupendo, me agradaba mucho su compañía.



martes, 16 de agosto de 2011

La gran pelea

—¡Es que tú....hablas MUCHO! -argumentó Anne-
—Estaba por terminar ¡Entrometida! -acusó Anahí- ¡De seguro es porque tú también amas a Brian!
Anne se puso roja y rechinó los dientes. Parecía que Anahí, después de todo, había dado con la respuesta.
—¡No es así! -replicó Anne- Tú... demente... psicópata... extraña ¡Imaginas cosas!
Un silencio invadió nuestra mesa, y acto seguido Anahí atacaba de nuevo.
—Pueeeeeeees— enfatizó esa última frase con unos ojos que mataban —Amí no me importa lo que pienses de mí, extraña.
—¿Sabes algo? por gente como tú, este campus es una m...
—¡Cállate! se nota que tipo de persona eres, si mis padres vieran esto me sacarían de esta posilga.
Pero ese comentario, desde luego, sólo había servido para hacer crecer el repertorio de insultos de parte de Anne.
—Oooooh claro, una familia rica, con una chiquilla insoportable.
—¡Cállate! No puedes hablar así de mi familia, insolente..
--Esperen, de cuando acá Anahí era una chica ricachona?--
—Oh claro, la duquesa ha hablado.

Después de minutos escandálosos e inquietantes, noté la nostalgia en la cara de Anahí, nadie había sido tan ruda con aquella chica tan... ¿Frágil?

—¡Ya cállense! Todos en la cafetería nos están mirando... -decía Charlie avergonzado y nervioso-
—Ya, oigan, ya... -me apresuré-

—Discúlpenme... es decir... ¿Qué pasa? Ustedes dos son importantes para mí, apesar de que las conozco de hacía poco, ustedes saben... me caen bien y no quiero tener problemas por un malentendido tan... simple...
-Dije en tono severo, pero suave...por Anahí-
—Dicúlpame Ana -volvió a pronunciarlo mal- Creo que ya había hablado demasiado, en verdad díscúlpame, talvez tenías un asunto importante con Elizabeth y no te dí la oportunidad...
Ya que se trataba de Anahí, prosiguieron las discúlpas... cada vez más largas, aveces sin sentido, y profundamente meláncolicas...era lo mismo pero yo sólo escúchaba sinónimos de las demás frases.
—Aveces hablo mucho estoy... estoy... ¡avergonzada! por favor, no quiero tener problemas, me caes muy bien Anita -Lo pronunció mal, y ahora un nickname... de algo estaba asegura: Anne y Anahí no serían buenas amigas-

Anne cerró los ojos un momento, parecía que en su interior contaba hasta diez para tomar un respiro...

—No, déjalo así, discúlpame tú. Me alteré un poco...
—Discúlpame de verdad...

Y así durante un rato. De no encontrarse tan abrumada Anahí, y tan alterada Anne, talvez, y sólo talvez Anne hubiera agradecido las discúlpas y se sentaría  en la mesa, después de una pausa lijera Anahí diría  un chiste y todos reíriamos, así como en los programas de TV, todo acompañado de una risa pre-grabada de un público fictisio.Aparecerían los créditos y como ráfaga un adelanto de el próximo capítulo.

"La próxima semana en....'SOY ELIZABETH Y MI VIDA EN ÉSTE CAMPUS APESTA'..."

Pero como estábamos en la realidad, Anne abandonó la cafetería después de un "Adiós" simple y frío, Anahí "recordó" que tenía planes de "estudio" --Nadie se tragaba eso-- y sólo quedámos Charlie y yo. Solos como inadaptados, en una mesa al fondo, después de una bochornosa pelea...
Charlie miró a su alrededor y segundos después me preguntó...
¿Anne y Anahí se conocían desde antes?
Sí, eso creo... pero detras de esto está el famoso Brian... eso lo sé...
Mmmh, talvez.
Talvez...
Otro RIIIIING sonó, era tiempo de asignaturas... había elegido Música, después eligiría las otras dos.
Por lo pronto sólo me preocupaba reencontrarme con un piano, con una nota, algo que me recordara mi hogar...



martes, 26 de julio de 2011

Tomé mis libros, guardé mis plumas, adiós al infierno de la profesora Myriam...en un instante alguien sostenía mi brazo...
—¿Hey? —sonrió—
—Hey, hola.
¿Quieres venir? es última hora... podríamos ir a.... —bostezó—
—¿A dónde? —interrumpí—
—A donde sea... -sus manos tenían entre sí un papelito, lo sostenía con  nerviosismo, pero al mismo tiempo parecía cansada, al igual que yo-
—Ok
Mientras las dos caminabamos no dejaba de pensar en lo que sería salir, era la última clase del día. Dos...tres... bueno yo calculaba unos 4 pasos para salir del aula...un paso.... FUERA.  respiré profundo
—¿Estás bien?
—Sí.... es sólo que me hacía tanta falta aire fresco... aveces... es muy necesario; es el primer día y he andado como loca, espero que mañana sea mejor.
—Ummmhhh yo acabo de llegar...sé cómo te sientes
—Que genial, éste también es mi primer día, me preguntaba si...
 —Acabo de llegar... hace un año -agregó.
—Reí un poco— Bien y durante todo este tiempo... ¿Te gustó el campus?
—Apenas aprendí a seguirle el ritmo ¿Sabes? es muy grande, aún no entiendo como cabe en Nueva York.
—¿Cuáles son tus sitios favoritos?
—Algunos como... afuera, la cancha de tenis, mi cuarto... donde no haya libros.
—Oh ya veo.
—¿Te gustó tu cuarto?
—Mmmh pues la decoración deja mucho que desear.
—Es la decoración de su antigua propetaria, algún día pintarás y decorarás tu cuarto, es algo como un proyecto estúpido de sociales y cívica.
Habíamos llegado a las escaleras que conducían a mi habitación, preferí caminar más lento para apreciar la conversación de Anne, hablaba sobre las mascotas ,que estaban prohibidas en el campus y otras reglas "bobas", como ella las calificó..
—¿Y ahora qué?
—Ahora... puedes irte a tu habitación, o salir, pero no hay más clases, pronto será hora de comer.
—Bueno, voy a dejar mi mochila, ¿te veo para comer?
—Seguro, te apartaré un lugar
—Muchas gracias, me...
—Lo siento  -los ojos casi carmesí de Anne mostraban pánico me tengo que ir, chao. se apresuró, dio unos pasos disimulados...pero más tarde comensaría a correr como loca-
—Pero... ¿Qué pasa?
—Tras una nube de polvo, Anne había desaparecido, y tras ella corría un profesor. Uno gordo y calvo, estaba rojo como tomate, y sudaba,  no sé si era por la agitada persecución, o por el enojo inseplicableque tenía contra Anne.
Subir aquellas escaleras, fue como atravesar un mar de personas, todos juntitos y amontonados, subiendo las escaleras hacia los dormitorios, parecía eterno.

Cuando por fin llegué encontré el dormitorio solo, sin ningún rastro de Anahí, de inmediato arpoveché para ordenar un poco mis cosas y también mi cabeza. Mojé mi rostro y cuando me dirigía a la cama, pude notar que hacía falta un poquito de aire fresco así que abrí las ventanas y deje entrecerrada la puerta.
Puse un CD de música clásica en un volumen muy bajo, era un recital individual, sólo para mí. Enseguida salté a la cama, y cerré los ojos un instante y de inmediato recordé a Leonardo... me pareció ridiculo así que los abrí de nuevo para borrar toda evidencia de enamoramiendo estúpido con apetito desmedido...
Mi ojos quedaban perfectamente al rellano que conducía a mi habitación, después de holgazanear un rato sobre la cama, miré hacia el rellano y lo noté.
Una chica agazapada, con aspecto de estar espiando.¿Qué más se puede hacer en un rellano que no conduce a ninguna parte más que ami habitación? ¡Precisamente porque es el penúltimo rellano de la escalera!
Ella, era la chica de cabello rojo, esa extraña andaba merodeando cerca de mí, y estaba espiandome...

—¿Qué haces ahí, eh? ¿Acaso me estás siguiendo?
—Nada, estaba pasando el rato, y no te estoy siguiendo maldita sea, que rara eres... -contestó con cierto enojo-
Aquello nadie se lo tragaba. Se lo dije.
—Me gusta sentarme en los rellanos, son sitios calmados y fresquitos.
Noté que me miraba extraño... es decir además de sus deseos de matarme, tenía una mirada peculiar...detenidamente... preguntándose a qué le sonaba mi cara.
—¿Y cerca de tu dormitorio no hay rellanos?
No supo contestarme, asi que me anticipé yo:
—Creo que sí me estabas espiando...
De nuevo,siquiera supo que contestarme, apartó la mirada y permaneció inmovil en el rellano.
Talvez fui muy dura con ella, talvez no debí de ser tan agresiva... así que decidí arreglarlo...o quería herir sus sentimientos, talvez sólo quiere... quiere... ¿Mi amistad? ¿Alguien con quién charlar?
Me levanté de la cama y cerré con cuidado el dormitorio, le pregunté en tono amable si tenía la hora.
—No tengo mi reloj conmigo ahora, ¿Quién carga con su reloj todo el tiempo?.
—Aquella respuesta, era estúpida, incluso para mí.
—Bueno... ¿tienes celular?
-Hasta los bebés saben que en la pantallita de los celulares viene la hora-
—¿Qué narices tiene que ver un celular con la hora?
—Pues los celulares tienen la hora en la pantalla, idiota.
¿Qué hizo ella? No lo pensó dos veces: me da una cachetada. ¡PLAS!.
Me quedé sin palabras para replicar, y tan asombrada que me fallaron los reflejos para devolverle la paliza.
Después de dos segundos, nos quedamos mudas, yo con un enojo enorme, y ella tenía cara de miedo... un miedo no razonable, Talvez temía que armara un lio con los profesores.
Me aparto con sus brazos y trató de impedir mi camino
La pobre estaba demente... Yo sentía mucho enojo, y me asusté demasiado por eso, me libre de la cárcel de sus brazos y  corrí con cara de perrito perdido en medio de una terrible tormenta hacía ninguna parte. Lo sé muy inteligente de mi parte ¿No? Ella se quedó en las escaleras fingiendo no saber nada al respecto.

—¡Oyeeee! -Charlie apareció en mi camino escaleras abajo- —¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Elizabeth?
-me detuvé y descanze en sus hombros,pude notar que Charlie se estremesio un poco, lo cuál hizo que de inmediatamente retrocediera...-
 —Una chica... -yo estaba muy alterada por el golpe y por mi travesía corriendo escaleras abajo, me costaba tomar el ritmo de mi respiración-   Una chica de... -suspiré profundo para tomar aire- una chica extraña  me golpeó.
—¿Qué le hiciste? giro su cuerpo, quedando en dirección opuesta amí, búscando a la culpable.
—¡Yo nada! ese es el punto, ni siquiera la conozco.
—¿Estás segura? ¿Quién era?
—No lo sé, es una chica bajita de pelo rojizo...ammm creo que usa una chaqueta rosada...
—Ven acá—   dejó descanzar su mano sobre mi rostro, y terminó inclinado hacia mí  —Estás bien. No pasa nada.
—¿De pronto vino y te pegó? ¿Así de simple?
—Es díficil de explicar, ya antes había hablado con ella, pero nada personal, le pregunté la hora sólo eso, además...bueno tengo que reconocer que le dije idiota, creo que por eso me golpeó.
—Espero que tengas más cuidado Elizabeth, no es un buen lugar para llamar idiotas a las personas ¿Sabes?Algunas de por aquí son algo salvajes... —concluyó—
—Tendré más cuidado a la próxima...creo.
—Bien, vamos a comer.
—Ok
—Estás más pálida de lo normal...¿Segura que estás bien?
- Más pálida de lo normal ¿Ah?, hacía meses que no me bronceaba, no era de mi agrado, pero tampoco era para que el se metiera con  mi color de piel... es lo que heredé de mi padre-
—¿Más de lo normal? -dije en cierto tono...mmmh... bueno lo describiría un poco molesto...-
—Sí... eh.... quiero decir.... —se pusó nervioso— tu piel es muy blanca, pero aún así me parece linda.
-¿Aún así?-
Charlie se puso tenso, así que intenté remediarlo.
—Estoy bien. gracias por preocuparte -le sonreí-
Cuándo llegamos al comedor, me encontré con un dilema.
Estaban perfectamente juntas, y solitarias, esperaban por mí.
Así es, en el lado izquierdo apareció Anahí, y a la derecha Anne. Sus mesas estaban tan juntas que era imposible pasar disimuladamente...
—Hola -traté de sonreír- algo me decía que esta no era la mejor idea...
—Hola —dijeron al mismo tiempo,extrañadas... se miraron entre sí—
—Hola Anahí, ella es Anne, la conocí en literatura.
—¡Hola! Mucho gusto Ana, creo que te ví en clase de Historia ¿Verdad?
—Así es, es soy yo...y se pronuncia Anne.
—Está bien Ana, o Anni.... annei...cómo sea... -Anne enfureció-  Elizabeth tengo tantas cosas que contarte, es sobre ese chico,ese gran apuesto chico....por fin logré hablarle, pero no fue tan amable con migo al final de cuentas, me dijo algo sobre nuestra charla... que no tenia sentido alguno, algo así... además... -mientras Anahí hablaba hablaba y hablaba, Anne la estrangulaba en su mente...hizo un gesto raro frunció las cejas y después me miro repentinamente-
Con una mirada me preguntó "¿Ella es tu compañera de habitación?"
Y con un gesto respondí "Sí"
Después de un largo tiempo, los labios de Anahí seguían en movimiento y quién sabe que más salia de su voz, yo nadamás observaba y veía como Charlie se aburría y Anne...Anne me preocupaba. En un acto de asombrosa rebeldía (o locura) interrumpió a Anahí.
—¿Te podrías callar? Discúlpa pero creo que Elizabeth ya tiene suficientes datos sobre tu trágica charla con el tipo ápatico que llamas "apuesto".
—¿Qué dices? No te entiendo...
—Que llevas casi toda la hora...
—Amí no me importa, vine con Elizabeth.
Las dos me miraron profundamente esperando una respuesta, sus ojos llenos de rabia ... sin dudas esperaban algo como...
"Anne que grosera eres, vete de aquí, Anahí quisiera escuchar más sobre ti"
o algo como...
"Anahí, cierra el pico, Anne vamonos de aquí"

Pero la verdad, desnuda y en su total naturalidad... insipidamente yo no sabía que hacer.
¿Acaso éste incómodo encuentro era el principio de una horrible sensación que se repetiría constantemente....? ¿Acaso yo estaba destinada a tener que lidiar con una gran desición....?
¿Apoyar a Anne? ¿Dejar a un lado a Anahí? ¡Pero que demonios! ¡Es mi compañera! Es como... mi hermana, porque compartimos habitación... Anne me agrada mucho y siento que podríamos ser muy buenas amigas, es decir... tengo que hacer algo... calmarlas a las dos.

.....................


HOY CUMPLO AÑOS! jajajajaa, bueno sólo quería decirlo. gracias por leer, me hace muy feliz.

martes, 19 de julio de 2011

Una valiente y una bruja

Cuando llegué al salón de Literatura, la clase había comenzado, llegué y pedí persmiso para entrar.
—Discúlpeme profesora, lamento mucho llegar tarde ¿Me permite pasar?
—Claro  -dijo la profesora-   inclinó su cabeza y bajó un poco sus gafas de pasta para observarme, hizo una mueca y musitó:
—Pero que no se vuela a repetir
Supongo que las primeras impresiones nunca se olvidan, y yo había empezado esa clase llegando tarde. Pero esque estaba realmente cansada, y no me percaté que mi caminar era tan lento como el de un zoombie.
—Por supuesto que no, gracias  -le sonreí-  ella no se molestó en ser amable, y me hizo sólo un gesto;invitándome a entrar al aula.
Una capa espesa de cabello marrón cubría como cortinas sus mejillas, detrás de esas gafas de pasta, estaban sus ojos. Ojos; ¡Oh benditos ojos! ventanas del alma y corazón, portales hacía nuestro ser interior, nuestro diálogo interno... Y en aquellos dos grises, sólo se apreciaba noches de imsomnio  y amargura.

—Muy bien jóvenes   —dijo en tono grave y autoritario—  debido a la interrupción   —Sus ojos cansados me lanzaron una indirecta, mientras me volteaba a ver al mismo tiempo que movia sus labios—  me temo que volveré a preguntar...¿Qué es Literatura?
Un silencio helado invadió el aula, se escuchaba la respiración de la naturaleza, pero ni un alma dentro de esa clase.
—Bueno, ya que no son capaces de responder, me temo que...
Algo se me ocurrió, mi mente dejó de holgazanear, y por primera vez en ése día razoné algo coherente. Coherente pero realmente estúpido.
—Yo...creo entender que es Literatura.
—¿Crees? ¿O lo sabes?
—Lo-lo sé profesora... —tartamudeé— el tono de voz y sus ojos hacían de la profesora Myriam alguien a quién temer.
—Véamos... ¿Señorita.....?
—Elizabeth
—Señorita Elizabeth; Ilustrenos con su cultura y conocimiento en Literatura.
—Em...pues, desde niña leo, siempre me ha gustado leer...
—Nonono  —me interrumpió—  no estámos para historias conmovedoras, te atreviste a interrumpir, ahora terminas lo cometido. Sus ojos se entrecerraron, apoyo un brazo en su escritorio... como retándome a terminar la oración. Nadie decía ni "pío", la bruja mala tenía en sus manos al salón entero.

—Como le decía  —alzé la mirada búscando sus ojos, era una manera de interpretar valentía o mi falta de sentido común—   Desde niña leo, y creo que... verá.... pues la Literatura....—de pronto olvidé lo que había dicho hace unos instantes en mi mente—
Creo que lo tomé muy personal, y me había molestado. Me quedé con la palabra en la boca, en seco.
Mis ojos buscaban en cielo una respuesta, y me propusé a dejar de pensar y comenzar a sentir...
—¿Así qué no lo sabe?
—Claro que lo sé; es arte.
—¿A qué se refiere?
—Literatura.... es arte.
—Buen intento Elizabeth, porfavor tome asiento.
—No, ¿Piensa que me equivoco? Literatura es arte.
—Una manera muy simple, pero está correcta su ídeología.
—¿Simple?   —hizo un gesto que realmente desaprovaba la teoría de la profesora, era Anne—
Su cabello era negro y corto, estaba despeinado y le daba a la chica un aspecto rebelde.
—LITERATURA   —hizo un gran enfásis—  Es el ARTE  que utiliza como instrumento la palabra
Ahora, la profesora estaba furiosa, ardía por dentro...
—¡Claro que no!   —continuó en un tono molesto—   LITERATURA —imitó vagamente el enfásis de Anne—  es el conocimiento de las letras, así como sus ciencias y ...
—No me parece    -interrumpió con valentía Anne-  Creo que es una manera muy simple, y realmente pobre de definir Literatura, pero en cierto modo está en lo correcto... -su mirada era audaz, y sus labios se curvaron poco a poco  para mostrar una sonrisa triunfadora, desde luego, estaba recitando sarcasmo-
Bien... hubo una pausa fría y lenta, el ambiente denso y díficil de digerir.
—Muy muy bien... excelente...  la maestra se levantó de su asiento con una mirada extraña Se incorporó al viejo locker y comenzó a buscar algo entre unos viejos y polvorientos libros
—Cada quién...  —lanzó un libro mientras hablaba hacía el asiento de un tímido chico pelirojo, el chico se asustó y se quedó pálido—  Cada quién, busque una pareja y lea esto, pronto verémos Literatura Griega, estén preparados...
La maestra siguió lazando libros, y los indefensos estudiantes (muy estúpidos) se atemorizaban e intentaban sostener aquellos libros que volaban por doquier...
—Ya que hacen tan buen equipo ¿Porqué no trabajan juntas?
—Claro —respondí—
Ya sin dudas, por su valentía y su determinación, compredí, que también estaba loca... así que me sentí más cómoda con ella.
—¿Cómo te llamas?
—Me llamo Anne
—Elizabeth   —respondí—
—¿Qué hay que hacer?
—Pues    —me detuve a hojear el libro un momento—  leer esto, y sacar una tésis... eso creo.
—¿Qué es?  —se inclinó para leer la portada—
—Es... creo que... mmmh... "Literatura moderna"
—¿A qué se refieren con eso? -parecía desagradarle el libro-
—No lo sé...
—Estoy casi segura que esa profesora nos dió el libro más díficil. Maldita.
—No te pongas así, sacaremos esa tésis, mira  —comencé a escribir un borrador— ¿Qué es lo primero que se te ocurre al escuchar "Literatura moderna"?
—Pueden ser muchas cosas... puede ser.... mmmmh rascó un poco su cabeza  pues es que hay tantos temas de los que podría hablar la Literatura moderna, es decir; mira a nuestro alrededor....hay muchas cosas de las que podrían escribir ¿No crees?
—Sí, creo entenderte, te refieres a que la Literatura moderna podría ser un  retrato de nuestra sociedad actual.
—Ajá... algo así...¿Qué es la sociedad actual Elizabeth?
—Yo pienso...es desde lo bueno hasta lo más sublime, son temas variados.
—¿Cuáles? Moda, sexo, drogas, alcohol, caricaturas, los tattoos...
—Sí, exácto.
Comenzamos a escribir, y se nos fue el tiempo, con cada idea venía un comentario, y con cada comentario otra idea...
(. . . . . )
La clase había terminado, y el último RIIIIING ya había sonado, estaba tan felíz que podría gritarle al mundo entero ¡Soy libre!













lunes, 11 de julio de 2011

El almuerzo

Ni siquiera me dí cuenta, estaba yo suspirando; viendo a un extraño abandonar el salón; viendo todo en cámara lenta; con el alma en la boca...
De pronto Charlie lo notó, y me arrastró a la realidad...
—¿Eli?
—Eh...    —mis ojos seguían al sujeto de rizos que abandonaba el aula, que segundos después era una pequeña sombra en el umbral del pasillo, cada vez más pequeña, que se desvanecía...—
—¿Hola?
Sus ojos esmeraldas buscaban los míos, se inclinó hacía mi, y sentí el frío de las yemas de sus dedos sobre mi rostro.
—¿Estás bien?
—Eh...  —alejé mi rostro del suyo—  estoy bien... es sólo que... no, nada.
Ok, ¿Nos vamos ya? Es hora del almuerzo
—Oh sí sí, claro
—Caminamos hacia la puerta, nos incorporamos en el  gran pasillo  lleno de estudiantes listos para el famoso receso.
—Cuéntame de ti —me dijo Charlie mientras caminabamos—
—¿Yo? Pues antes de venir aquí, yo vivía en Michigan, bueno... —corregí— en las afueras de Michigan.
—¿El lugar de los lagos verdad?
—Si, ese lugar —reí un poco—
—Oye ¿Quieres que te ayude con la mochila? —Su mirada se posó en aquella maleta tan pesada y tan molesta que llevaba en los hombros—
—Oh, no te molestes así está bien. -De nuevo yo y mi súper fuerza-
—Y... ¿Conoces Nueva York?
—No, apenas llegué y ya estoy aquí. No tuve tiempo de conocer la ciudad...
—¿Estás libre el fin de semana?   —todo indicaba que iba a esperar mi respuesta, pero Charlie se adelantó— Yo ya conozco la ciudad, un tiempo viví aquí... Puedo mostrarte algunos sitios, no están muy lejos y son muy lindos.
—¡Eso estaría genial!    —me puse a sonreír como niña—  Esto significaba un fin de semana sin la tía Megan
—Nos dejan salir... ¿Así nadamás?  —pregunté—  me sentía extraña con la idea de salir del campus a una inmensa ciudad a la que no conocía.
—Seguro, después de tenernos toda la semana como ratones enjaulados, nos merecemos un descanzo.Claaaro: debes de tener el permiso de tus padres, o de tu tutor legal. ¿Tus padres están aquí? Charlie parecía estar muy interesado en mi vida, era muy buen interrogador, eso me asustaba un poco. Pero me sentía agusto con él.
—No, ellos están en Canadá, por sus empleos
—¿Qué hacen?
—Pues son músicos, algo así.
—Mi padre es químico
—Wow que interesante —nunca antes había escuchado algo como eso— ¿Vive aquí?
—No, él está en México.
—¿Lo extrañas?
Una luz peculiar apareció en su mirada, miró hacia el exterior y me dijo con cierta tristeza:
—Sí, lo extraño mucho.... pero, aveces viene a visitarme. —Su sonrisa apareció de nuevo—
Al fin habíamos llegado a el comedor, tan grande lleno de personas y lleno de mesas, me pareció estar soñando.
A lo lejos estaba la cocina, separada de el resto del comedor por una barra, donde estaban los alimentos. Todo olía delicioso, era eso, o yo tenía mucha hambre.
A lo lejos ví a Anahí salúdandome con la mano, le sonreí mientras se levantó de la mesa, y me invitó a sentarme junto a ella.
—¿Quieres venir?   —Le propuse a Charlie—
—Claro
Charlie me acompañó hasta la cocina, y tomé una pasta extraña y alitas de  pollo, también tomé un poco de gelatina, después fuimos a la mesa de la esquina, donde Anahí se presentaría.
—¡Hola Elizabeth!  ¿Cómo te fue el 1er día? ¿Genial,verdad? ¿Quién es tu amigo?
Anahí hacía muchas preguntas, y no paraba de hablar, el tono de su voz me parecía peculiar, era alegre y rápido, no hacia pausas.
—Me fue muy bien gracias Anahí, él es Charlie, lo conocí en taller de artes.
—Hola Anahí.
—Hola, mucho gusto.
Nos sentamos y conversamos un poco acerca de las clases, y de la vida de Anahí, para mi suerte yo ya había escuchado esa historia la noche anterior.
Después de un largo tiempo, habíamos terminado de comer, y Anahí termínó su larga biografía. Nos quedamos callados, y pude notar algo:

—¿A quien miras?— le pregunté a Anahí  que observaba al vacío como si estuviera en un transe hipnotico
— Es... él...es...su nombre es — y después de un sonoro suspiro —Brian
— ¿Quién ? —pregunté desconcertada, no habia visto a ningun chico "Dios de la hermosura" para enloquecer como Anahí
 —¿Porqué no le hablas?   —El tal Brian era guapo pero nada fuera de lo normal, o como para morir como Anahí—
— Nunca me va a tomar en cuenta, mira que guapo es... — parecia hipnotizada,ignoraba mis palabras,como si volaran en el aire y se las llevara el viento en un segundo.
— Pero no logras nada quejandote, vamos... hablale, un simple "Hola" es suficiente
— Pe-pero —titubeo nerviosa— Mmmmm ok,ok.—suspiro resignada.
— Yo creo que Eli tiene razón. Conozco a Brian, es muy agradable. —Agregó Charlie—
—Entonces le hablaré entre clases — Dijo entusiasmada Anahí—
—Mira que hora es...  — Charlie parecía estar apurado—
—Tienes razón vamos a llegar tarde a las demás clases
Nos apresuramos a dejar la bandeja en su lugar, y salimos como de rayo del comedor.
Cada quien tenía clases en distintos salones, así que Charlie me acompañó hasta las escaleras, donde instantes después desaparecería.
Seguí mi camino hacía el salón de Matemáticas, después tomaría Biología... y por último clase de Literatura.
Estaba realmente cansada, mis piernas pesaban y mis ojos se cerraban constantemente, sin mucho ánimo logré entrar al salón de literatura. Dónde conocería a alguien muy especial.

domingo, 10 de julio de 2011

Un buen amigo, un patán y un recuerdo de luz.

"El aula estaba casi completa... la clase apenas comenzaba y con ella toda una comedia..."


El profesor tenía un aspecto de loco, saltaba de aquí para allá acomodando sus cosas, mariposeaba alrededor de su escritorio mientras reía y hablaba consigo mismo. -Que extraño- pensé, aunque tan sólo unos momentos atrás yo hacía lo mismo. Vestía un saco café que lo hacía ver elegante, mientras su actitud y su cabello alborotado reflejaban todo lo contrario, su caminar era extraño, tenía un aire excéntrico, que aunque no lo conocía me inspiraba curiosidad.... y en el fondo del aula, yacía Leonardo sentado en un pupitre para dos; prófugo de la justicia, rebelde por naturaleza, protestante a cualquier cosa que se oponga al libertinaje, un espíritu libre, una de esas personas que a no le teme a nada ni a nadie.
Su piel blanca, su cabello largo y con rizos, la valentía en en sus ojos azul electro y por último un corazón de hielo.
Entré apresurada al salón siendo la sombra un chico alto que venía delante de mí, estaba muy nerviosa... ¿Sería aquel muchacho de ojos azules? No lo creo, mejor dicho... no lo sé,  pero que estaba temblando... sí.

Él estaba serio y cabizbajo cuando entré al salón alzó la mirada para verme, pero de nuevo la bajó, perdiendo todo interés en mí.
— ¡Buenos días compañera! — Gritó el profesor—  a lo que contribuye un comentario "alegre"
— Buenos días profesor...
— Profesor Peter, pero por favor, ¡No me llame así! Aquí soy su amigo Peter. ¡Listos para sacar a nuestro artista interior!
— Muy bien   — reí un poco—  Ustedes no saben lo que es tener a un excéntrico hablándote de frente, mirándote fijamente a los ojos, gritando, sacudiendo sus manos, todo eso intentando no reír. El chico alto tomó asiento a lado de otra chica, dejando algunos pupitres sin ocupar, pero no... el profesor dijo aquellas palabras:
— Ok, puedes tomar asiento por allá ¿te parece?
Justo en esa sección del aula, claramente el dedo de el profesor apuntaba a esa fila, y sin dudarlo era en ese pupitre, perfectamente a su lado.
Ok, ok.
Estaba muy nerviosa, mientras me aproximaba a sentarme, sentía que mis piernas se fijaban a suelo, mis rodillas temblaban y no podía dejar de pensar;
-¿Cómo podría? ¿Cómo? ¿Porqué alguien a quién no conozco me llama tanto la atención? ¿Qué tiene él?-
Tomé asiento, saqué mi cuaderno de dibujo, por si acaso lo necesitaba. Lo miré de reojo, pero parecía estar muy ocupado con su libreta, al parecer nisiquiera notó que me había sentado justo alado de él.
Adelante de mí, un muchacho con ojos esmeralda, volteó a verme y  me sonrío.
-¡Gracias! Esto era lo que necesitaba, una bienvenida para sentirme más cómoda-
—Hola me llamo Elizabeth  — susurré—  el profesor estaba a punto de empezar la clase.
— Hola, soy Charlie.
— Mucho gusto.
Charlie parecía ser mucho más grande que yo, por eso me sorprendió verlo en esa clase, tenía unos ojos muy bonitos, y su cabello despeinado era negro como la noche.
—Hey —le dije a Charlie— ¿Quien es el chico de los rizos?
— Se llama Leonardo…
-L-e-o-n-a-r-d-o-  Aquel nombre tan perfecto, aquella mirada tan misteriosa, sin dudas esto me estaba matando.
—¿Y que hace por su vida?
— Es un chico rudo, ya sabes, toca la guitarra y tiene su propia banda. Es inteligente, bueno creo que mejor dicho es muy profundo.
—Oh...
—¿Porqué lo preguntas?  Su sonrisa era insinuadora
—No-no nadamás.
En eso, Guillermo, el chico que se ofreció a llevar mis maletas, cruzó la puerta y se sentó junto a unos cavernícolas que hablaban en voz alta sobre el fútbol.
—¡Yo conozco a ese chico!
— ¿Enserio? ¡Todas las chicas de éste campus lo hacen querida Elizabeth!
— ¿De qué hablas? noté el sarcasmo en su comentario
— Pues es un jugador de fútbol americano de la escuela, el típico chico popular, galán y altanero que sale con porristas descerebradas, tontas, o realmente idiotas.
— ¿Estás seguro? Talvez es "Chico popular, galán, altanero, descerebrado, tonto o realemte idiota, que tiene citas con chicas relativa mente iguales que él"  —Reí silenciosamente y él también lo hizo.
— Sí, él y las porristas son casi iguales, pero ¿sabes? tiene su lado bueno…
— ¿Cuál?—   Imaginé que era diría algo acerca de su amabilidad con los desconocidos, ya que él me había propuesto su ayuda con las maletas muy desinteresadamente.
— Un día, el verano pasado, rescató a un gatito de morir en un trágico accidente de árbol.
¿Hablaba encerio? Charlie era extremadamente gracioso.

— Disculpen —Dijo el maestro— ¿Se conocen?
— No— respondimos ambos al mismo tiempo
— ¿Entonces porque hablan tanto?
— ¿Acaso no se puede hablar? —todos me miraron sorprendidos ¿Qué nunca habían odio a alguien discutir con un maestro?
— Mmmmh ¿Así que usted dice lo que piensa? eso me gusta, pero debe medirse un poco ¿No lo cree? —y el maestro siguió haciendo disparates de "arte" en el pizarrón—
— Que directa eres —lo notó—
— Lo sé, casi nunca me callo las cosas, creo que no me gusta.
— Pues amí me caíste bien —me sonrió
 -¡Oh! que linda sonrisa tenía-
— Tu igual, fue lindo conocerte
— Gracias.
— De nada  —sonrió— 
— Puedes venir conmigo, en el receso, es después de ésta clase, digo, si quieres...
— ¡Claro! — le contesté—

Bien jóvenes, vamos a hacer un ejercicio muy "cool"  —el profesor continuaba siendo extraño—
Vamos a despejar nuestras mentes, y haremos un dibujo para ocupar toda esa energía que traen. Aquí están las herramientas de todo artista, de todo un poeta listo para plasmar sus ideas en este lienzo.
Todos se acercaron a tomar pinceles y delantales, también había sobre la mesa unas pinturas acrílicas muy pequeñas y chistosas, sus colores eras chillantes y alegres.

Me senté y cerré los ojos, "despejé" mi mente y dejé que las ideas aterrizaran en mi cabeza. Palabras, imagenes, sonidos, todo venía a mí, era mi hogar.
Ordené las cosas para que mi dibujo fuera coherente, y "bonito", utilizé una gama de amarillo y anaranjados para crear un atardecer.
—Lindo —susurró una voz atrás de mí— ¿Cómo conoces ese lugar?
—¿Lugar? —Volteé y lo ví— Era Guillermo
— No lo conozco, quizás  te estás equivocando.
Acepto que fui un poco descortés y fría pero, Charlie era de mi agrado, no quería estropear lo que apenas comenzaba, creo que me me entusiasmaba mucho ser su amiga y al parecer Guillermo no era de su agrado.
— Ruda y talentosa…como me gustan.
— ¡OH CLARO! "Patán y descerebrado" tal cómo me encantan.
—¿Qué te pasa hermosa? ¿Sabes? No te he hecho nada malo, aún no me conoces...buenooooo, mmmmh —Sus ojos se movían mientras hacía una mueca con los labios, parecía estar pensando—  me pareces conocida. ¿Nos hemos visto antes?
…¡Pero que estúpido! Su actitud era simplemente de un patán. Y su cerebro muy pequeño como para recordar que me había visto el 1er día, cuando se ofreció para cargar mis maletas.
— No lo creo,adiós.
—Esta bien, pero luego no regreses amí desesperada por un poco de "esto", y "esto" ¡Rawr! oh sí —Decía mientras mostraba los músculos de sus brazos—
En eso, uno de sus movimientos bruscos hizo que la pintura anaranjada cayera sobre su camisa.
—¡JAJAJA!
—¿Estás loca? ¿Sabes cuánto cuesta esto?
— Mira el lado positivo cariño, ahora tiene un diseño colorido.
El profesor se acercó lentamente, y elogió mi trabajo
 — Me encanto su trabajo, tendrá unas excelentes calificaciones conmigo
— Eso espero —le sonreí—
— Claro que si, mmmmh, y usted Guillermo... vaya a cambiarse, parece un pez anaranjado.
El resto de el salón rió un poco, por el comentario del profesor, en cambio Guillermo salió enfadado, refunfuñando y sacudiendose la pintura de la camisa.
—Eli, apenas es el 1er día y ya manchaste de pintura a el descerebrado Guillermo   —comentó Charlie con una sonrisa en el rostro— ¿Está bien si te digo Eli?
—Sí, está bien. —Le sonreí—
De pronto sonó el alegre RIIIING; y con eso recuerdo ver a Leonardo abandonar el aula... me robó un suspiro y guardé su recuerdo, un recuerdo de luz...

miércoles, 6 de julio de 2011

Una mirada importuna

La clase de Historia había transcurrido rápido, las de Inglés también. No hacíamos nada, ni siquiera copiábamos teoría o aprendíamos algo; simplemente los profesores se sentaban en aquella silla marrón y explicaban como impartirían sus clases, explicaban sus objetivos, y los puntos de importancia, tales como: la obedencia y el orden. De vez en cuanto hojeaba mis cuadernos, blancos, vacíos y sin vida. Sin un alma o un objetivo; al igual que mi estado mental, en esos momentos.  Me entregaron algunos libros, uno de Historia -increíblemente grueso- y dos delgados de Inglés. Los puse en mi pequeña mochila, y me molestó que con forme el día avanzaba, esta se hacía cada vez más pesada. No le tomé mucha importancia, la maestra de Inglés nos explicó que al final del día nos asignarían un casillero. Cuando finalizó la clase y caminaba atravez de los pasillos para llegar al salón de Artes, hice una pausa para mirar el cielo azul por la ventana,ví el resto del campus pero a lo lejos ví una colina asomarse, era verde y me recordó mucho cuando jugaba en el jardín con Bruno, de pequeños. Me dio nostalgia y recordé que  ni siquiera había visto su regalo. Me sentí culpable pero de inmediato reaccioné y con una muy buena excusa musité aquellas palabras:
"¿Cómo escucharé ese CD si Anahí no suelta la grabadora?"
Alguien que me observaba apareció  en el umbral del pasillo, se posó detrás de mí y sin pensarlo dos veces me preguntó:
—¿Qué haces hablando sola?
—¿Qué?    —me tomó por sorpresa, por poco le doy una cachetada—
—¿Estás sorda?
—Disculpa, no estoy hablando sola, estaba pensando en voz alta.
Era una chica aparentemente menor que yo, su cabello rojizo y risado caía por debajo de su barbilla y cuando hablaba sus ojos negros mostraban una mirada fija, parecía querer asesinarme, pero al mismo tiempo se mostraba indiferente.
—No lo hagas, pareces una demente.
—Pero...
—Simplemente no lo hagas. —dijo en un tono bastante frío—
Y sin rencor, sin odio, más bien con una tierna amargura me dijo "Adiós"
—Está bien  —traté de sonreír—  La chica no me correspondió, y siguió su camino, todavía sin apresurarse salió del pasillo mirándome de reojo.
-Que miedo...-
Con esa sensación extraña en el pecho, entré al salón de artes, acomodé mis cosas, y esperé algo que sin duda me desepcionaría.

miércoles, 29 de junio de 2011

La clase más larga y aburrida.

Entonces accedí a preguntarle la pregunta más frecuente, más idiota, pero la más adecuada.
—¿Usted es de España?
Claro, he venido desde España, desde muy muy muy lejos. He venido a cumplir el sueño de todo profesor.
—¿Cuál es ése?
—Introducir a estos cerebros frescos al mundo de la Química.
Hice un gesto con los labios y pensé; (muy adentro de mí yo interno, pero lo pensé)
-Oh pero que interesante...- He ahí el sarcasmo de nuevo.
—Vale. Me has convencido de su entusiasmo  señorita...
—Green, Elizabeth Green.
—Muy bien; Green Os pido que saquéis los útiles, la clase comienza en 10 minutos.
—¿Y usted es...?
—Víctor, el profesor Víctor.


Algunos estudiantes comenzaban a llegar al aula, yo no quitaba la vista de mis cuadernos, podría parecer un robot pero temía por esa gente nueva, me daban ancias. Quería saber que sucedería si les hablara a todos, si todos me odiarían, si se presentarían conmigo, si a esta clase asistiría Guillermo; para tener siquiera algún conocido, o sí en esta clase nadie me hablaría, si tendría que decir mi nombre enfrente de todos como en el jardín de niños o sí tan sólo dejara de pensar estúpideces...

En aula estaba diseñado para hacer prácticas, era como un pequeño laboratorio. Tenían afiches de fórmulas, personajes de la Química, y un montón de cosas extrañas. Cosas de laboratorios.
En eso veo que el aula está completa. Iniciamos las clases.
—Bien, ¿Alguién sabe que es la Química? preguntó el profesor.
Un grupo de personajes con cabellos rubios y rubor murmuraba al mismo tiempo que reía.
—Os pido que guardeís silencio.
—jijiji
-Qué molesto sonido, aguarden ¿Eso fue una risa?- Volteé de reojo y las ví, parecían estar muy ocupadas

—En qué estabamos, ah claro; ¿Alguién sabe qué es la Química?
—Pues yo sé.

Impretinente y jorobado, ahí estaba, con un aparato en los dientes y gafas de aumento. Hablaba como si el mundo fuera suyo, y no temía a mostrar quién era.
—Se le denomina Química a la ciencia que estudia las características y propiedades de la materia...
—Claro —interrumpió
—También estudia las reacciones que ésta produce con algún proceso Químico lo que significa que nosotros probaremos con prácticas de laboratorio, esto me parece muy interesante ya qué...
-Aburrido, aburrido, aburrido...-
La clase transcurrió debidamente, como una charla entre el impertinente y el profesor, una charla de dos. Compartín ideas y comentarios, aveces reían aveces hacían gestos, el profesor anotaba en el pizarrón   mientras el impertinente  se adelantaba y explicaba lo demás. Yo sólo podía ahogarme en mi propia saliva y asfixiarme lentamente en un mar de recuerdos que me arrastraban a la isla del...
-¡La  campana!-
Un acogedor y alegre "RIIIIIIING" sonó por todo el campus; eso sólo significaba una cosa...
Cambio de hora por supuesto. Estaba felíz de escabullirme de esa clase, pero me esperaban unas dos más antes de llegar a la que realmente me interesaba... Al salir del salón noté que 3 personas me miraban, las rubias que se reían durante clase. No les tomé importancia, subí las escaleras, y todo marchó normal.
La siguiente clase fue de historia, la otra fue de inglés; pero por fin llegué a la clase de artes.


Discúlpen  por las faltas de ortografía y por subir tan poquito; 
Me da  muchísimo gusto que ustedes lean mi novela y que les esté gustando, aunque sean poquitas lectoras no saben lo felíz que soy al saber que alguien lee mi novela, MUCHAS GRACIAS.
Lo que sea, lo pueden decir abiertamente: esto es como un borrador y algún día re-escribiré la novela y me gustaría contar con su apoyo para que salga bonita.
Gracias por leerme, gracias a ANA porque recomendó mi novela; y porque ella fue la que me inspiró a escribir,su novela es muy bonita y profunda, además de tratarse de the beatles (genios)
 tiene una trama hermosa y siempre me deja intrigada...
Si tienen alguna duda, o lo que sea, haganlo saber, aveces escribo a prisas por la escuela pero ahora que es verano espero dedicarle más tiempo. Mi historia trata acerca de una chica llamada Elizabeth, son alteregos de personas que quizá conocí o que imaginé, son exagerados y no tienen mucha lógica, no son personajes reales pero puedo decir que  usé algo de cada quién en mi entorno para darle vida a los personajes,  Yo no soy Elizabeth, se puede decir que somos muy distintas. Mi historia no se basa en la vida real.
Gracias por leer.
Me llena de alegría saber que alguién allá afuera le dedica tiempo a mis disparates♥







jueves, 23 de junio de 2011

El principio del fin

"Los sueños son los amigos de la locura, que acompaña a la miseria"

Había alboroto en la habitación, mucho alboroto. De pronto una melodía con contrastes y texturas invadió mi pensamiento; Era claro de luna, una canción que mi papá solía tocar por las noches cuando estaba en casa, sus notas eran tristes, era muy interesante, ver a mi papá tocar movía mi corazón.Recordé algunas cosas, imagenes claras y precisas pero que volaban rápidamente, no me dió mucho tiempo. Por un momento estaba en casa paseando por el jardín, claro de luna era mi soundtrack, James se alejaba. Y he ahí mi agonía.
De pronto una nube se lo lleva todo, y con ello un sonido perturbador...
Música sin corazón, hecha en un computador con herramientas novedosas, mezcladores y una chispa intencional de suicidio, sonidos pegajosos como abejas, coros que se repiten sin piedad y todo acompañado de teclados eléctronicos endemoniados.Era la música de Anahí; eléctronica, abrí los ojos, y pude notar una silueta a lo lejos...era ella.

Anahí parecía estar muy entusiasmada, su música, ella, el cepillo de cabello, todo eso hacía de la ocasión  una bonita escena de película americana, con todo y su cerezita en el tope.
—Elizabeth... ¿Qué te parece? —me mostró una blusa rosa chillante, unos bermudas, y las zapatillas de verano más cursis que he visto en mi vida—
 Modelaba el conjunto mientras saltaba de la alegría, entusiasmada por la ocasión del famosísmo "primer día de clases" daba vueltas por toda la habitación como mariposa en primavera.

-Muy.. muy... ¿Rosa? ¿Son los zapatos? ¿Qué le sucede?- No entendía nada de lo que pasaba a mi alrededor.

—Está muy bonito     —tengo que admitir...me mordí la lengua después de decir eso—
—¿Qué usaras para hoy?
—Pues unos jeans...
—Oh...
-¿Qué?, ni que hoy me fuera a casar- No lo pensé dos veces y me metí a bañar. Salí y me puse lo primero que encontré. Los jeans azules que tanto odiaba mi mamá.
-Genial, ahora si puedo hacer lo que quiera-
La música electronica me tenía harta, le pedí a Anahí que bajara el volúmen, ella accedió y puso otro CD, uno extraño, igual que todos los demás.
Anahí cepillaba su cabello constantemente y se veía al espejo, Yo lo hice y lo único que se me ocurrió fue ponerme una bandita roja, para acomodar mi flequillo. Acomodé mis libretas y mis plumas, llevaba conmigo el horario y todas las ganas de perderme en el campus para no tener que tomar clases.

—Te veo en clases, que tengas un esplendido día, muchísima suerte...
Anahí soltaba uno de sus sermones cursis, aunque no me conociera mucho me decía cosas profundas, de esto me tendría que acostumbrar, lo haría desde ahora y para toda la eternidad...

—Bueno te veo en clase de historia—   interrumpí después de sus alagos y deseos de buena fé.
—Claro, que te diviertas.
—Ten un lindo día Anahí, gracias.
—¿Porqué?
—Fuiste muy amable, ¿sabes? me agradas -apesar de tu pésimo gusto músical- pensé. Eres muy alegre, y creo que tu solita podrías poner de buen humor a todo el mundo.
—¡Gracias! su sonrisa relució más de lo normal Tú también me agradas mucho.

Tomé mi mochila y me dirigí afuera, Anahí dejo de caminar junto amí unos 5 minutos después, cruzo un pasillo, entro a un aula y no la ví más.
No me gustaba la alternativa pero aunque estaba haciendome tonta "no encontrando mi salón" mi sentido común me decía al oído que eso era lo más infantil del mundo, y que ir al salón que me asignaron era lo más razonable, por no decir la única opción que tenía en aquellos momentos.
Me preparé psicológicamente para entrar al salón, en esos momentos estaba vacío.
-Uf que genial- Me dirigí a la segunda fila, mi vista no era muy buena, pero no quería ser de la primer fila;
-Así no podré dibujar en clase- pensé.
La clase se trataría sobre química, en eso ví a mi profesor entrar.
El profesor Víctor es de esas personas que nunca olvidarás en tu vida.Tiene una clava gigante, un bigote medio calvo, y las orejas humanas más grandes que he visto.Se viste como en una película de Austin Powers, y habla con mucho acento español. Cuando digo MUCHO me refiero a MUCHO.Tanto que aveces ni se le entiende...
—Buenos días señorita.
—Hola...-debo de admitirlo, sonaba como una floja, no había dormido muy bien, te contaré luego...-
— "hola..." —Me imitó en voz baja y apagada— Menudo ánimo traen aquí compañera ¡Arriba! Despierte.
Al notar su acento no pude evitar reír.

lunes, 6 de junio de 2011

Anahí.

"Siempre brilla el sol"


Después de quién sabe cuánto tiempo (2 horas), Desperté.
Aún no abría mis ojos, me retorcía en aquél sofá intentando econtrar comodidad. Fue en vano. Hize algunos sonidos "extraños" así lo calificó mi nueva compañera de cuarto. Ojos rasgados, cabello negro y lacio, como cascada , evidente buen humor, y estaba ahí, salúdandome como si me conociera de toda la vida...

—¡Hola!—  me saludó antes de siquiera levantarme del sofá
—Mi nombre es Anahí — se presentó.
Me tompé varios segundos para analizarla... parecía buena persona.
—Me-me llamo Emily— tartamudeé abrumada por la verguenza -¡me encontró durmiendo!-
—Mucho gusto— dijo mientras me tendía la mano
—Disculpa por despertarte.
—Ya había terminado de dormir, no te preocupes— Me levanté del sofá, y busqué unas gomitas en mi maleta.
—¿Quieres?

—No gracias.
—Bien— comenzé a saborear esas gomitas que amí tanto me gustaban
—Haces ruidos extraños—escuché una risa muy peculiar.
—Discúlpame — también reí.
Anahí comenzó a desempacar.
- Ropa...ropa...zapatos...CD's, audifonos, y reproductores.-
—¡Qué genial! ¿Qué música escuchas?
—Eléctronica.
—Oh...
—¿Tú?
—Clásica
—¿Clásica? abrió mucho sus ojos, pudé notar que hacía demasiados enfásis con su cara.
—Si... bueno también escucho mucho a Elvis.
—¿Elvis? sus ojos estaban como platos.
-¡Demonios! ahora que hago para no quedar como alienígena... yo no sabía que aquí escuchar a Elvis era un pecado...-
—¡Qué genial! Un día me muestras tus CD's. No conozco mucho de música clásica, y Elvis ¿Ya está muerto, no?
Pude darle una cachetada. O lanzar sus CD's ala ventana , Fingir no haber esuchado eso y cambiarme de habitación, o enredarle los audífonos alrededor de su cuello, pero en lugar de eso... prefirí decir "Sí así es..."
—¿De dónde eres?
—Nací en Xian, pero vivo aquí en NY.
—Wow -Hasta ahora yo sólo conocía a Xian porque es uno de los niveles del vídeojuego Tomb Raider, lo sé es un poco bobo, nisiquiera sabía que era una ciudad real-
—¿Sabes? —dijo mientras sacaba un album— Xian es la ciudad más antigua de toda China... mira —me mostró unas viejas fotografías—
—¿Y tus padres son de ahí?
—No, soy adoptada.
—Wow...
Todo aquello era tan exótico, Anahí parecía ser una persona interesante y llena de luz.
Platicamos durante mucho tiempo. Sobre sus padres adoptivos y como era vivir en Nueva York, yo también le conté un poco sobre mi familia y sobre Bruno. Anahí tenía algo especial, que suerte la mía de tener una compañera como ella.
—¿Tú recuerdas tu orfanato?—dije con curiosidad
—Me llevaron de ahí cuando tenía como 1 año... no recuerdo nada.
—¿Y qué pasaría si encontraras a tus verdaderos padres? ¿Qué harías?
—Mis padres verdaderos son ellos— sacó una fotografía— Ellos me adoptaron, no quiero saber nada más...Aunque si me gustaría conocer el sitio de donde procedo.
—¿Te gusta mucho coleccionar fotografías verdad?
—Sí... creo que es capturan instantes, es como arte.
—¿A tí te gusta mucho la poesía verdad?
—Sí ¿Cómo lo sabes?
—¡Mira todos esos libros de Shakespeare!
—Cierto— reí

Esa noche la pasé muy bien, me hubiera gustado conversar más tiempo pero era hora de dormir. Tenía clase de historia con Anahí, la vería ahí, en los recesos, y en la hora de comida.
Era divertido. Ésa noche conversamos de muchas cosas...

viernes, 27 de mayo de 2011

Finalmente

"Aveces la vida cambia; acostúmbrate."




Caminé, búscando a una persona decente, alguien amable que me guíara a la jodida recepción. Tengo que admitir que tenía cara de perro, no me sentía nada agusto con la linda despedida de la tía Megan.
Miré a mi alrededor, Un enorme campus; dos edificios conectados, tenían una apariencia seria, como una universidad,una gran fuente, y quien sabe que tendría dentro , tenía entendido que era preparatoria y secundaria, pero esto era horrorosamente...grande.
Cientos de adolescentes caminando, ocupados, con el móvil, riendo, o platicando. Todo aquéllo me confundía mucho. De pronto, mientras aún caminaba con la mirada abajo. Alguién me miró. No lo dudo dos veces y se acercó a mí
—Discúlpa ¿Eres nueva?
—Sí,-¡al fin!-  ¿me podrías decir en donde está recepción?
Sus labios se curvaron, mostrando una sonrisa burlona.
—Mira, en el primer edificio, alado hay un gran letrero donde dice "Recepción".
-¡Qué boba!-
Fingí tener mucho interés en llegar a "recepción" me apresuré y sin decir nada, le hice un gesto, uno que decía "Gracias". Pero él se apresuró.
—Mi nombre es Guillermo, -sonrió- ¿Quieres que te ayude con eso? -Señaló las maletas-
—Ay,no, de verdad, gracias. -¿Así son todos los de NY? que suerte, una cuidad con chicos amables...-
—Bueno, te veo después, mucho gusto.
—Igual. -sonreí-

Guillermo caminó hacía un pequeño portal, que conectaba a el otro edificio, saludo a unos chicos de ahí, y me señaló; "Recepción".
Asentí con la cabeza, me sonrojé un poco, aquél letrero estaba muy visible, supongo que con las prisas no lo noté.
Caminé ya no aguantaba mis brazos, había cargado mis maletas durante todo ése tiempo. ¡Pero no! Elizabeth la fuerte no aceptó la ayuda de Guillermo. Ni modo, con fuerzas de flaqueza logré entrar a la pequeña "Recepción"
—Aaaaahg....-exalé-
Aquella habitación era una oficina, limpia y amueblada. Sencillamente...extravagante. Era atendida por una ancianita con cabello blanco, vestía una ropa formal, como de secretaria, hablabla por teléfono. Colgó el teléfono me dió un caluroso apretón de manos.

—Soy Janis Brown, soy la recepcionista encargada de explicarle las cosas a los recién llegados. —¡Bienvenida!—
—Soy...
—Claro, eres Elizabeth Green, Hija de el famoso músico John Green  y sobrina de la importante socia de éste instituto Megan  Grace.

—Ha acertado Janis, ¿Cómo lo supo?
—Pues...eso es mi trabajo,querida.
Abrí los ojos, estaba impresiaonada, ¿Acaso me habían inscrito a una sociedad secreta para dementes?
—Querida -rió un poco- Haz caído. Lo supe por tu carta de recomendación, y por tu solicitud.
—Lo supuse. -Reí-
—¿Y bien? ¿Lista para las instrucciones?
—Seguro, sólo déjeme sacar algo para tomar nota, soy muy olvidadiza.
—No te preocupes, aquí está tu horario
-Algebra, Química, literatura, Ciencias, Física, Introducción a las artes, Historia universal, Historia de EUA, Historia de las ciencias; ¿Qué carajos?- Estaba apunto de correr y esconderme debajo de una roca.
—No te asustes linda, no están malo como parece.
—Bueno...
Tu habitación está en el edificio de la izquierda, 3er piso. Habitación 234. Tu compañera se llama Anahí.
Muy bien.
—¡Suerte!
—Gracias.
Al entrar al edificio, pude notar pasillos, y más pasillos. Escaleras, como 2 cafeterías, baños y demasiados salones.

En términos generales, aquello me parecía una estúpidez. Tanto espacio, tantos lugares, hasta  había una psicina, y según el pequeño mapa que venía alreverso de mi horario, había varias canchas para cada deporte; baloncesto, fútbol, y todo lo demás, lo que venía siendo... una pérdida de tiempo. En resumen: después de buscar, encontré un elevador, y presioné el 3er piso. Habitaciones aquí y allá, unas cuantas oficinas, todo sobre un magnífico piso. El 3er piso.
Incluso,encontrar mi habitación fue todo un desafío.Caminé mucho. Pude observar algunas chicas, todas diferentes, algunas tenían aspecto sombrío, otras parecían muy sofisticadas, y otras parecían estar muy ocupadas arreglándose el cabello.
-230, 231, 232..- Mientras buscaba mi habitación,ví una diminuta escalera, subí, eran como 5 escalones, después me encontré con un rellano. Me quedé pasmada. Asomé la cabeza por la ventana de ahí, para tomar aire fresco, y lo ví. Todo un campus, no era un edificio, detrás de el había  toda una comunidad. Muchas más construcciones, como una sociedad secreta apartada de la civilización.
-Seguro que tienen hasta su propio bar, Un día de estos lo visito- Sarcasmo, es un arma que he empleado desde mi más tierna niñez.
Con mis llaves, -con un llavero más grande que mi cabeza- (supongo que eso es para no perderlas) Abrí con cuidado la puerta señalada con el número 234. Con una luz anaranjada de una lámpara de noche distinguí una habitación acogedora, con dos camas iguales, dos roperos, un librero, dos escritorios, un pequeño sofá entre otras cosas.
De pronto, sentí mucho sueño. y guardé  mi equipaje en el ropero izquierdo, para derretirme en aquél sofá rosado. Toda la habitación estaba pintada de colores muy vivos, Azul el baño, Amarillo una pared, Verde la otra, Una sección de Naranja; (la sección de el sofá y el librero) mi favorito, era como el amanecer.
También las cortinas y las colchas, todo era de colores muy alegres. La impresión que me producía todo aquello, era como si la decoración estuviera acargo de un interiorista extremadamente loco, o un daltónico, quién sabe.Talvez los dos.
Caí profundamente dormida.

lunes, 23 de mayo de 2011

Viaje.

"Mis sueños carecen de valor alguno, mis planes son como el polvo, mis metas son imposibles..."

No todo es color de rosa.
En el avión, me invadió la melancolía, no quería llorar; no quería llamar la atención.
-¡Qué estoy haciendo aquí!- pensé.
El tiempo transcurrió rápido. Me dormí, suele pasarme, cuando estoy muy aburrida o triste. Supongo que en este caso eran los dos.
—Señorita...despierte...
Abrí los ojos y una señora de ojos grises y canas blancas, me tocaba el rostro desde su asiento, delante del mío.
—¿Te encuentras bien?
—Sí...sí.—Balbuceé.
—!Gracias por despertarme!
Ella sonrió.
De prisa, acomodé mi cabello, que se había enredado por doquier, acomodé mi blusa, y froté mis ojos, me levanté del asiento.
Recogí mi equipaje. Y me dirigí a la central, donde me encontraría con mi linda tía Megan.
Te explicaré como es mi tía Megan.
Alta, ojos verdes como los de mamá, Nariz respingada por algún cirujano, cabello perfectamente ondulado. Ella pasa de todo. En teoría es ama de casa, digo en teoría porque sin sus criadas, no sé como se mantendría esa casa a flote, no tiene hijos, tiene un chichuahua. Un mimado chichuahua vestido de rosa. -No entiendo porque la gente insiste en vestir a sus perros es...ridículo.- No es que la tía Megan sea una egoísta. Esque vive de la cara de los demás...demasiado preocupada por lo que el mundo piense de ella. Megan se la pasa todo el día afuera, tiene 43 años y sin hijos ¡ah! y su marido trabaja todo el tiempo, pero tiene más compromisos que la reina de Inglaterra. Sus clases de tai-chí y de Alemán. Por la tarde su yoga, Su clase de cocina francesa -No entiendo porque va a ahí si nunca cocina nada- Los fines de semana su golf, Pasa la mayoría del tiempo en su gimnasio hiperexclusivo sólo para mujeres en su propia casa. Por cierto, según mi madre, como bienvenida, yo también soy parte de ese club ahora. Creo que ese lugar es como demasiadas ricachonas juntas en muy poco espacio.
—¡Mi amor! ¡Cariño que hermosa estás!— Ví a la tía Megan aproximarse con un vestido parecido a los que usan las modelos en las grandes pasarelas, tacones altísimos y  maquillaje "importado"...
— Hola tía Meg...
Me besó las dos mejillas, casi sin aproximar sus labios, supongo que para no desperdiciar ése genuino labial digno de abrumar todo el día. Hizo un estruendo con sus labios al mismo tiempo
--muackkmuackk--
—¡Estás divina! Que linda, se ve que te pareces a mí. -Oh por Dios ¡trágame tierra!-
— Que lindo volver a verte... susurré
—¿Qué dices?
— Que estoy muy felíz, es lindo volver a verte. -Rayos, olvidé mi sonrisa falsa.-
— Quisiera ir de shopping contigo, pero no hay tiempo, Linda, te veré el sábado en el campus...
— Sí mi mamá me explicó...
—Hermosa, estarás ahí de lunes a viernes, pasarás el fin de semana conmigo. O puede que pronto hagas amigos !Puedes pasar el fin de semana con ellos!
"O puede que haga amigos" ¿Qué? me vio cara de chica tímida. Pues un poco, tengo que reconoserlo. Espero poder hacer amigos, para no tener que estar con ella, sé que suena cruel. Pero eso prefiero yo.
— Me parece perfect...
— Bonita ¿Qué haces?— Me llevaba unos pasos de ventaja. Sus asistentes llevaban mis maletas a toda velocidad.—Ya nos vamos—
Odio a la gente que habla sola, o lo que es lo mismo, odio a las personas que no me dejan hablar. Megan terminó su discurso alagador, continuó camindando. Muy mona sosteniendo un móvil y hablando sin parar, riéndose de alguna estupidez.
Me dejó con la palabra en la boca, y con un enfado más grande que el sistema solar, enterito.
Triste por mi partida, enfadada por la tía Megan, y con esa mezcla de impotencia, con odio, con rabia y la sensación que produce cuando los adultos no te quieren escuchar y les importa un pepino tus más mínimos intereses. Sólo se me ocurrió guardar esas energías para después.
Subí a ese coche último modelo, me dirigía al Campus.El chofer tenía cara de desdichado, pobre, seguro el también tenía que soportar a la tía Megan a diario, Suete que yo sólo los fines de semana. Ella estaba muy ocupada actualizando su página Myspace.
—¿Estás entusiasmada Cariño?
Asentí con la cabeza. Estaba muy nerviosa.
Me impresionó la ciudad, me sentía como en una de esas películas de comedia, con ese entorno urbano. Los cielos nublados de NY le daban un aspecto sofisticado a la ciudad. Después de dar vueltas y vueltas y más vueltas, Apareció... enorme... y monumental.
Instituto de la excelencia acádemica  Andrew Scope; (IAAS).
—¡Mucha suerte querida! Te explicarán todo en recepción
— ¿Voy a ir sola? ¿Yo sola?
—Cariño, vamos, no estás en el kinder ¿Sí? Anda, Sonríe.
Hice una mueca. y miré el campus, lleno de miles de estudiantes.
—Se buena niña y sonrie mucho, tienes la sonrisa de tu madre, y los ojos de tu padre. Y el encanto de tu tía favorita. Reluce esa belleza.
-Creí que me diría algo normal, algo típico; "Estudia, pon atención a tus maestros" pero esto...-

Típico de Megan, añadió un comentario Idiota.
—Sí me haces caso, ¡Romperás muchos corazones aquí!
— Yo no sé como ir a recep...
—Chao querída
--muackkmuackk--
Sin soltar su teléfono móvil, caminó hacía el coche y me mando besos en el aire.
Sonrío, y segundos después ya no estaba.
-¡Ahora como demonios encuentro "recepción"!-
Caminé con mis maletas hacía un mundo nuevo. Sin saber hacía donde ir...

domingo, 22 de mayo de 2011

Despedida.

 "Para aquellos que temen  y se oponen al cambio, abre los ojos, realidad todo cambia repentinamente, y sin avisarnos."


Era domingo, el sol brillaba. Estaba tibio afuera. Desperté, sabía lo que me esperaba; Mis maletas estaban hechas, y sólo faltaban algunas pizcas de motivación para  levantarme del sofá donde me había quedado dormida hasta tarde, viendo televisión en casa, por última vez. »Extrañaré mucho mi hogar« pensé. Mis ojos se tornaron brillosos al recordar todo lo que había vivido ahí. Mi casa era acogedora, extrañaría mi habitación, el estudio, el jardín, ¡Hasta el baño!. Lo mejor de toda la casa, mi familia. Mis padres. Soy hija única, así que no extrañaría a nadie...excepto por él.


—Así que...¿Te vas?— Bruno parecía estar molesto en lugar de triste o melancólico.
—Así es, como te expliqué; así es mejor para mis padres...— Trataba de sonreír, no podía, en realidad yo no quería ir a ningún lado, de hecho, ni siquiera quería ir a Canadá. Prefería mil veces estar en casa.
—Es que si tú hablaras con tus padres, esto no estaría sucediendo.—
—Me tendría que ir de todos modos. Mis papás están muy...
En un instante Bruno me sumergió en un abrazo, triste, y muy dramático,  pero fue un memorable abrazo. Como una cárcel, de donde no podría escapar.
Aún sin soltarme, me pidió que me cuidara, que siempre estaría ahí para mí, que nunca lo olvidara.Y muchas cosas más. De pronto miles de recuerdos se vinieron a mi mente.Como miles de imagenes que pasaban frente a mí, sin darme tiempo de hablar, me recordaban todo lo que había vivido con él.
Bruno es un año mayor que yo, pero ése nunca fue un problema, él había sido mi amigo desde la primera vez que visité aquel parque cerca de el lago. Aquel día nublado y frío, aquel día en que llovió y me quedé en su casa, aquel día donde apenas tenía 8 años.
—La escuela...¿sabes? va a ser duro sin ti, te voy a extrañar demasiado.
—Yo también, espero que nunca me olvides.
—¿Cómo podría?— Bruno sonrió.
Ya eran muchas despedidas, El viernes en la escuela me despedí también de todos mis compañeros, algunos parecían indiferentes, Otros parecían intrigados, les parecía "genial" ir a una escuela así, Otros me desearon buena suerte, otros pensativos. Como si dudaran, como si fuera una mentira.
Aquella mentira, era más real que todas mis emociones.
Me despedí de Bruno, me había citado en ése lago, para la gran despedida. Me regalo un CD que había preparado para mí, pero le prometí que lo vería hasta llegar a Nueva York. Me dió un beso en la mejilla y desapareció segundos después tras una nube de polvo. Se había marchado en su bicicleta.

Le pedí que no me acompañara a casa porque quería dar una gran caminata a solas, para organizar mis ideas. Cada paso se me hacía enterno, el viento sobre mi rostro, las pequeñas gotitas  de lluvia sobre mis hombros, era perfecto.
Como de costumbre llegué a casa, tomé la sección de cómics del periódico, y me dirigí a la cocina por un refrigerio. Mi madre estaba ahí.
—Te vas a Nueva York en media hora, ¿Todo en orden?
—Así es—hice un gesto.
—¿Ya están las maletas? ¿No olvidas nada?
—Sí y no.
—Bueno...—Mi madre trató de sonreír.
Tal vez era un poco dura con ella, pero todo esto era un gran sacrificio para mí.
—Cariño, esto es por tu bien, esta es una de las mejores escuelas, es por tu futuro.
—Está bien mamá...
—Uno no puede ir por la vida sin ningún tipo de conocimiento sobre la educación, Deberías estar agradecida de que podemos pagar esta escuela.
—¡Está bien! Ya entendí ¿Podrías dejarme a solas?
Sólo mi progenitora podría amargar mi refrigerio. Mi mamá abandonó la cocina como fiera, ardía por dentro.Mamá atravesó el pasillo, y tropezó con James, mi perro que tiene la mala construmbre de dormir en medio de los pasillos de la casa. Se escuchó un grito humano, y un gemido perruno y acto seguido apareció James con una exalación, como asustado.
—No te precupes James— Dije mientras acariciaba su cabesita.—Mamá está molesta, eso es todo. No pasará nada malo, sólo me voy por unos cuantos días, Papá y Mamá cuidaran de ti, en Canadá. Tengo entendido que allá hace mucho frío. ¿Estarás bien sin mi? -Oh si que lo estarás, pequeño travieso-.
Terminé de mimar a mi perro, y me despedía de la casa... de pronto llegó Papá.
—¿Todo en orden Eli?— Me miró.
—¡Sí! todo está perfectamente *perfecto*. Papá notó mi sarcasmo.
 — Vamos, hemos hablado de esto los últimos 3 días, para el drama chiquilla.
Odiaba que me llamara chiquilla. Subí al carro, y me mantuve callada todo el camino al aeropuerto.
—Cuida de papá. Ten paciencia con James. No es sólo un perro mimado, como sueles llamarlo.— Dije en un tono bastante frío mientras sacaba mis maletas del coche.
—¡Quien sabe! Tal vez y me convierto en una chica súper estudiosa y superada. ¡Esa que quieres que sea!
— Que graciosa Elizabeth— Respondió ella, al mismo tiempo que me daba un abrazo.
Después se unió papá. Me dijeron palabras "alentadoras" y "positivas".
—¡Que te diviertas! Haces muchos amigos.
Papá se acercó a mí y me dió un beso de eso que retumban por todo el lugar.
Lo siguiente que recuerdo es el coche marchándose.
Entre al aeropuerto. Tomé mi boleto.
- !Qué día tan loco!- pensé.
Tomé el vuelo a Nueva York. Estaba realmente nerviosa.