martes, 26 de julio de 2011

Tomé mis libros, guardé mis plumas, adiós al infierno de la profesora Myriam...en un instante alguien sostenía mi brazo...
—¿Hey? —sonrió—
—Hey, hola.
¿Quieres venir? es última hora... podríamos ir a.... —bostezó—
—¿A dónde? —interrumpí—
—A donde sea... -sus manos tenían entre sí un papelito, lo sostenía con  nerviosismo, pero al mismo tiempo parecía cansada, al igual que yo-
—Ok
Mientras las dos caminabamos no dejaba de pensar en lo que sería salir, era la última clase del día. Dos...tres... bueno yo calculaba unos 4 pasos para salir del aula...un paso.... FUERA.  respiré profundo
—¿Estás bien?
—Sí.... es sólo que me hacía tanta falta aire fresco... aveces... es muy necesario; es el primer día y he andado como loca, espero que mañana sea mejor.
—Ummmhhh yo acabo de llegar...sé cómo te sientes
—Que genial, éste también es mi primer día, me preguntaba si...
 —Acabo de llegar... hace un año -agregó.
—Reí un poco— Bien y durante todo este tiempo... ¿Te gustó el campus?
—Apenas aprendí a seguirle el ritmo ¿Sabes? es muy grande, aún no entiendo como cabe en Nueva York.
—¿Cuáles son tus sitios favoritos?
—Algunos como... afuera, la cancha de tenis, mi cuarto... donde no haya libros.
—Oh ya veo.
—¿Te gustó tu cuarto?
—Mmmh pues la decoración deja mucho que desear.
—Es la decoración de su antigua propetaria, algún día pintarás y decorarás tu cuarto, es algo como un proyecto estúpido de sociales y cívica.
Habíamos llegado a las escaleras que conducían a mi habitación, preferí caminar más lento para apreciar la conversación de Anne, hablaba sobre las mascotas ,que estaban prohibidas en el campus y otras reglas "bobas", como ella las calificó..
—¿Y ahora qué?
—Ahora... puedes irte a tu habitación, o salir, pero no hay más clases, pronto será hora de comer.
—Bueno, voy a dejar mi mochila, ¿te veo para comer?
—Seguro, te apartaré un lugar
—Muchas gracias, me...
—Lo siento  -los ojos casi carmesí de Anne mostraban pánico me tengo que ir, chao. se apresuró, dio unos pasos disimulados...pero más tarde comensaría a correr como loca-
—Pero... ¿Qué pasa?
—Tras una nube de polvo, Anne había desaparecido, y tras ella corría un profesor. Uno gordo y calvo, estaba rojo como tomate, y sudaba,  no sé si era por la agitada persecución, o por el enojo inseplicableque tenía contra Anne.
Subir aquellas escaleras, fue como atravesar un mar de personas, todos juntitos y amontonados, subiendo las escaleras hacia los dormitorios, parecía eterno.

Cuando por fin llegué encontré el dormitorio solo, sin ningún rastro de Anahí, de inmediato arpoveché para ordenar un poco mis cosas y también mi cabeza. Mojé mi rostro y cuando me dirigía a la cama, pude notar que hacía falta un poquito de aire fresco así que abrí las ventanas y deje entrecerrada la puerta.
Puse un CD de música clásica en un volumen muy bajo, era un recital individual, sólo para mí. Enseguida salté a la cama, y cerré los ojos un instante y de inmediato recordé a Leonardo... me pareció ridiculo así que los abrí de nuevo para borrar toda evidencia de enamoramiendo estúpido con apetito desmedido...
Mi ojos quedaban perfectamente al rellano que conducía a mi habitación, después de holgazanear un rato sobre la cama, miré hacia el rellano y lo noté.
Una chica agazapada, con aspecto de estar espiando.¿Qué más se puede hacer en un rellano que no conduce a ninguna parte más que ami habitación? ¡Precisamente porque es el penúltimo rellano de la escalera!
Ella, era la chica de cabello rojo, esa extraña andaba merodeando cerca de mí, y estaba espiandome...

—¿Qué haces ahí, eh? ¿Acaso me estás siguiendo?
—Nada, estaba pasando el rato, y no te estoy siguiendo maldita sea, que rara eres... -contestó con cierto enojo-
Aquello nadie se lo tragaba. Se lo dije.
—Me gusta sentarme en los rellanos, son sitios calmados y fresquitos.
Noté que me miraba extraño... es decir además de sus deseos de matarme, tenía una mirada peculiar...detenidamente... preguntándose a qué le sonaba mi cara.
—¿Y cerca de tu dormitorio no hay rellanos?
No supo contestarme, asi que me anticipé yo:
—Creo que sí me estabas espiando...
De nuevo,siquiera supo que contestarme, apartó la mirada y permaneció inmovil en el rellano.
Talvez fui muy dura con ella, talvez no debí de ser tan agresiva... así que decidí arreglarlo...o quería herir sus sentimientos, talvez sólo quiere... quiere... ¿Mi amistad? ¿Alguien con quién charlar?
Me levanté de la cama y cerré con cuidado el dormitorio, le pregunté en tono amable si tenía la hora.
—No tengo mi reloj conmigo ahora, ¿Quién carga con su reloj todo el tiempo?.
—Aquella respuesta, era estúpida, incluso para mí.
—Bueno... ¿tienes celular?
-Hasta los bebés saben que en la pantallita de los celulares viene la hora-
—¿Qué narices tiene que ver un celular con la hora?
—Pues los celulares tienen la hora en la pantalla, idiota.
¿Qué hizo ella? No lo pensó dos veces: me da una cachetada. ¡PLAS!.
Me quedé sin palabras para replicar, y tan asombrada que me fallaron los reflejos para devolverle la paliza.
Después de dos segundos, nos quedamos mudas, yo con un enojo enorme, y ella tenía cara de miedo... un miedo no razonable, Talvez temía que armara un lio con los profesores.
Me aparto con sus brazos y trató de impedir mi camino
La pobre estaba demente... Yo sentía mucho enojo, y me asusté demasiado por eso, me libre de la cárcel de sus brazos y  corrí con cara de perrito perdido en medio de una terrible tormenta hacía ninguna parte. Lo sé muy inteligente de mi parte ¿No? Ella se quedó en las escaleras fingiendo no saber nada al respecto.

—¡Oyeeee! -Charlie apareció en mi camino escaleras abajo- —¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Elizabeth?
-me detuvé y descanze en sus hombros,pude notar que Charlie se estremesio un poco, lo cuál hizo que de inmediatamente retrocediera...-
 —Una chica... -yo estaba muy alterada por el golpe y por mi travesía corriendo escaleras abajo, me costaba tomar el ritmo de mi respiración-   Una chica de... -suspiré profundo para tomar aire- una chica extraña  me golpeó.
—¿Qué le hiciste? giro su cuerpo, quedando en dirección opuesta amí, búscando a la culpable.
—¡Yo nada! ese es el punto, ni siquiera la conozco.
—¿Estás segura? ¿Quién era?
—No lo sé, es una chica bajita de pelo rojizo...ammm creo que usa una chaqueta rosada...
—Ven acá—   dejó descanzar su mano sobre mi rostro, y terminó inclinado hacia mí  —Estás bien. No pasa nada.
—¿De pronto vino y te pegó? ¿Así de simple?
—Es díficil de explicar, ya antes había hablado con ella, pero nada personal, le pregunté la hora sólo eso, además...bueno tengo que reconocer que le dije idiota, creo que por eso me golpeó.
—Espero que tengas más cuidado Elizabeth, no es un buen lugar para llamar idiotas a las personas ¿Sabes?Algunas de por aquí son algo salvajes... —concluyó—
—Tendré más cuidado a la próxima...creo.
—Bien, vamos a comer.
—Ok
—Estás más pálida de lo normal...¿Segura que estás bien?
- Más pálida de lo normal ¿Ah?, hacía meses que no me bronceaba, no era de mi agrado, pero tampoco era para que el se metiera con  mi color de piel... es lo que heredé de mi padre-
—¿Más de lo normal? -dije en cierto tono...mmmh... bueno lo describiría un poco molesto...-
—Sí... eh.... quiero decir.... —se pusó nervioso— tu piel es muy blanca, pero aún así me parece linda.
-¿Aún así?-
Charlie se puso tenso, así que intenté remediarlo.
—Estoy bien. gracias por preocuparte -le sonreí-
Cuándo llegamos al comedor, me encontré con un dilema.
Estaban perfectamente juntas, y solitarias, esperaban por mí.
Así es, en el lado izquierdo apareció Anahí, y a la derecha Anne. Sus mesas estaban tan juntas que era imposible pasar disimuladamente...
—Hola -traté de sonreír- algo me decía que esta no era la mejor idea...
—Hola —dijeron al mismo tiempo,extrañadas... se miraron entre sí—
—Hola Anahí, ella es Anne, la conocí en literatura.
—¡Hola! Mucho gusto Ana, creo que te ví en clase de Historia ¿Verdad?
—Así es, es soy yo...y se pronuncia Anne.
—Está bien Ana, o Anni.... annei...cómo sea... -Anne enfureció-  Elizabeth tengo tantas cosas que contarte, es sobre ese chico,ese gran apuesto chico....por fin logré hablarle, pero no fue tan amable con migo al final de cuentas, me dijo algo sobre nuestra charla... que no tenia sentido alguno, algo así... además... -mientras Anahí hablaba hablaba y hablaba, Anne la estrangulaba en su mente...hizo un gesto raro frunció las cejas y después me miro repentinamente-
Con una mirada me preguntó "¿Ella es tu compañera de habitación?"
Y con un gesto respondí "Sí"
Después de un largo tiempo, los labios de Anahí seguían en movimiento y quién sabe que más salia de su voz, yo nadamás observaba y veía como Charlie se aburría y Anne...Anne me preocupaba. En un acto de asombrosa rebeldía (o locura) interrumpió a Anahí.
—¿Te podrías callar? Discúlpa pero creo que Elizabeth ya tiene suficientes datos sobre tu trágica charla con el tipo ápatico que llamas "apuesto".
—¿Qué dices? No te entiendo...
—Que llevas casi toda la hora...
—Amí no me importa, vine con Elizabeth.
Las dos me miraron profundamente esperando una respuesta, sus ojos llenos de rabia ... sin dudas esperaban algo como...
"Anne que grosera eres, vete de aquí, Anahí quisiera escuchar más sobre ti"
o algo como...
"Anahí, cierra el pico, Anne vamonos de aquí"

Pero la verdad, desnuda y en su total naturalidad... insipidamente yo no sabía que hacer.
¿Acaso éste incómodo encuentro era el principio de una horrible sensación que se repetiría constantemente....? ¿Acaso yo estaba destinada a tener que lidiar con una gran desición....?
¿Apoyar a Anne? ¿Dejar a un lado a Anahí? ¡Pero que demonios! ¡Es mi compañera! Es como... mi hermana, porque compartimos habitación... Anne me agrada mucho y siento que podríamos ser muy buenas amigas, es decir... tengo que hacer algo... calmarlas a las dos.

.....................


HOY CUMPLO AÑOS! jajajajaa, bueno sólo quería decirlo. gracias por leer, me hace muy feliz.

martes, 19 de julio de 2011

Una valiente y una bruja

Cuando llegué al salón de Literatura, la clase había comenzado, llegué y pedí persmiso para entrar.
—Discúlpeme profesora, lamento mucho llegar tarde ¿Me permite pasar?
—Claro  -dijo la profesora-   inclinó su cabeza y bajó un poco sus gafas de pasta para observarme, hizo una mueca y musitó:
—Pero que no se vuela a repetir
Supongo que las primeras impresiones nunca se olvidan, y yo había empezado esa clase llegando tarde. Pero esque estaba realmente cansada, y no me percaté que mi caminar era tan lento como el de un zoombie.
—Por supuesto que no, gracias  -le sonreí-  ella no se molestó en ser amable, y me hizo sólo un gesto;invitándome a entrar al aula.
Una capa espesa de cabello marrón cubría como cortinas sus mejillas, detrás de esas gafas de pasta, estaban sus ojos. Ojos; ¡Oh benditos ojos! ventanas del alma y corazón, portales hacía nuestro ser interior, nuestro diálogo interno... Y en aquellos dos grises, sólo se apreciaba noches de imsomnio  y amargura.

—Muy bien jóvenes   —dijo en tono grave y autoritario—  debido a la interrupción   —Sus ojos cansados me lanzaron una indirecta, mientras me volteaba a ver al mismo tiempo que movia sus labios—  me temo que volveré a preguntar...¿Qué es Literatura?
Un silencio helado invadió el aula, se escuchaba la respiración de la naturaleza, pero ni un alma dentro de esa clase.
—Bueno, ya que no son capaces de responder, me temo que...
Algo se me ocurrió, mi mente dejó de holgazanear, y por primera vez en ése día razoné algo coherente. Coherente pero realmente estúpido.
—Yo...creo entender que es Literatura.
—¿Crees? ¿O lo sabes?
—Lo-lo sé profesora... —tartamudeé— el tono de voz y sus ojos hacían de la profesora Myriam alguien a quién temer.
—Véamos... ¿Señorita.....?
—Elizabeth
—Señorita Elizabeth; Ilustrenos con su cultura y conocimiento en Literatura.
—Em...pues, desde niña leo, siempre me ha gustado leer...
—Nonono  —me interrumpió—  no estámos para historias conmovedoras, te atreviste a interrumpir, ahora terminas lo cometido. Sus ojos se entrecerraron, apoyo un brazo en su escritorio... como retándome a terminar la oración. Nadie decía ni "pío", la bruja mala tenía en sus manos al salón entero.

—Como le decía  —alzé la mirada búscando sus ojos, era una manera de interpretar valentía o mi falta de sentido común—   Desde niña leo, y creo que... verá.... pues la Literatura....—de pronto olvidé lo que había dicho hace unos instantes en mi mente—
Creo que lo tomé muy personal, y me había molestado. Me quedé con la palabra en la boca, en seco.
Mis ojos buscaban en cielo una respuesta, y me propusé a dejar de pensar y comenzar a sentir...
—¿Así qué no lo sabe?
—Claro que lo sé; es arte.
—¿A qué se refiere?
—Literatura.... es arte.
—Buen intento Elizabeth, porfavor tome asiento.
—No, ¿Piensa que me equivoco? Literatura es arte.
—Una manera muy simple, pero está correcta su ídeología.
—¿Simple?   —hizo un gesto que realmente desaprovaba la teoría de la profesora, era Anne—
Su cabello era negro y corto, estaba despeinado y le daba a la chica un aspecto rebelde.
—LITERATURA   —hizo un gran enfásis—  Es el ARTE  que utiliza como instrumento la palabra
Ahora, la profesora estaba furiosa, ardía por dentro...
—¡Claro que no!   —continuó en un tono molesto—   LITERATURA —imitó vagamente el enfásis de Anne—  es el conocimiento de las letras, así como sus ciencias y ...
—No me parece    -interrumpió con valentía Anne-  Creo que es una manera muy simple, y realmente pobre de definir Literatura, pero en cierto modo está en lo correcto... -su mirada era audaz, y sus labios se curvaron poco a poco  para mostrar una sonrisa triunfadora, desde luego, estaba recitando sarcasmo-
Bien... hubo una pausa fría y lenta, el ambiente denso y díficil de digerir.
—Muy muy bien... excelente...  la maestra se levantó de su asiento con una mirada extraña Se incorporó al viejo locker y comenzó a buscar algo entre unos viejos y polvorientos libros
—Cada quién...  —lanzó un libro mientras hablaba hacía el asiento de un tímido chico pelirojo, el chico se asustó y se quedó pálido—  Cada quién, busque una pareja y lea esto, pronto verémos Literatura Griega, estén preparados...
La maestra siguió lazando libros, y los indefensos estudiantes (muy estúpidos) se atemorizaban e intentaban sostener aquellos libros que volaban por doquier...
—Ya que hacen tan buen equipo ¿Porqué no trabajan juntas?
—Claro —respondí—
Ya sin dudas, por su valentía y su determinación, compredí, que también estaba loca... así que me sentí más cómoda con ella.
—¿Cómo te llamas?
—Me llamo Anne
—Elizabeth   —respondí—
—¿Qué hay que hacer?
—Pues    —me detuve a hojear el libro un momento—  leer esto, y sacar una tésis... eso creo.
—¿Qué es?  —se inclinó para leer la portada—
—Es... creo que... mmmh... "Literatura moderna"
—¿A qué se refieren con eso? -parecía desagradarle el libro-
—No lo sé...
—Estoy casi segura que esa profesora nos dió el libro más díficil. Maldita.
—No te pongas así, sacaremos esa tésis, mira  —comencé a escribir un borrador— ¿Qué es lo primero que se te ocurre al escuchar "Literatura moderna"?
—Pueden ser muchas cosas... puede ser.... mmmmh rascó un poco su cabeza  pues es que hay tantos temas de los que podría hablar la Literatura moderna, es decir; mira a nuestro alrededor....hay muchas cosas de las que podrían escribir ¿No crees?
—Sí, creo entenderte, te refieres a que la Literatura moderna podría ser un  retrato de nuestra sociedad actual.
—Ajá... algo así...¿Qué es la sociedad actual Elizabeth?
—Yo pienso...es desde lo bueno hasta lo más sublime, son temas variados.
—¿Cuáles? Moda, sexo, drogas, alcohol, caricaturas, los tattoos...
—Sí, exácto.
Comenzamos a escribir, y se nos fue el tiempo, con cada idea venía un comentario, y con cada comentario otra idea...
(. . . . . )
La clase había terminado, y el último RIIIIING ya había sonado, estaba tan felíz que podría gritarle al mundo entero ¡Soy libre!













lunes, 11 de julio de 2011

El almuerzo

Ni siquiera me dí cuenta, estaba yo suspirando; viendo a un extraño abandonar el salón; viendo todo en cámara lenta; con el alma en la boca...
De pronto Charlie lo notó, y me arrastró a la realidad...
—¿Eli?
—Eh...    —mis ojos seguían al sujeto de rizos que abandonaba el aula, que segundos después era una pequeña sombra en el umbral del pasillo, cada vez más pequeña, que se desvanecía...—
—¿Hola?
Sus ojos esmeraldas buscaban los míos, se inclinó hacía mi, y sentí el frío de las yemas de sus dedos sobre mi rostro.
—¿Estás bien?
—Eh...  —alejé mi rostro del suyo—  estoy bien... es sólo que... no, nada.
Ok, ¿Nos vamos ya? Es hora del almuerzo
—Oh sí sí, claro
—Caminamos hacia la puerta, nos incorporamos en el  gran pasillo  lleno de estudiantes listos para el famoso receso.
—Cuéntame de ti —me dijo Charlie mientras caminabamos—
—¿Yo? Pues antes de venir aquí, yo vivía en Michigan, bueno... —corregí— en las afueras de Michigan.
—¿El lugar de los lagos verdad?
—Si, ese lugar —reí un poco—
—Oye ¿Quieres que te ayude con la mochila? —Su mirada se posó en aquella maleta tan pesada y tan molesta que llevaba en los hombros—
—Oh, no te molestes así está bien. -De nuevo yo y mi súper fuerza-
—Y... ¿Conoces Nueva York?
—No, apenas llegué y ya estoy aquí. No tuve tiempo de conocer la ciudad...
—¿Estás libre el fin de semana?   —todo indicaba que iba a esperar mi respuesta, pero Charlie se adelantó— Yo ya conozco la ciudad, un tiempo viví aquí... Puedo mostrarte algunos sitios, no están muy lejos y son muy lindos.
—¡Eso estaría genial!    —me puse a sonreír como niña—  Esto significaba un fin de semana sin la tía Megan
—Nos dejan salir... ¿Así nadamás?  —pregunté—  me sentía extraña con la idea de salir del campus a una inmensa ciudad a la que no conocía.
—Seguro, después de tenernos toda la semana como ratones enjaulados, nos merecemos un descanzo.Claaaro: debes de tener el permiso de tus padres, o de tu tutor legal. ¿Tus padres están aquí? Charlie parecía estar muy interesado en mi vida, era muy buen interrogador, eso me asustaba un poco. Pero me sentía agusto con él.
—No, ellos están en Canadá, por sus empleos
—¿Qué hacen?
—Pues son músicos, algo así.
—Mi padre es químico
—Wow que interesante —nunca antes había escuchado algo como eso— ¿Vive aquí?
—No, él está en México.
—¿Lo extrañas?
Una luz peculiar apareció en su mirada, miró hacia el exterior y me dijo con cierta tristeza:
—Sí, lo extraño mucho.... pero, aveces viene a visitarme. —Su sonrisa apareció de nuevo—
Al fin habíamos llegado a el comedor, tan grande lleno de personas y lleno de mesas, me pareció estar soñando.
A lo lejos estaba la cocina, separada de el resto del comedor por una barra, donde estaban los alimentos. Todo olía delicioso, era eso, o yo tenía mucha hambre.
A lo lejos ví a Anahí salúdandome con la mano, le sonreí mientras se levantó de la mesa, y me invitó a sentarme junto a ella.
—¿Quieres venir?   —Le propuse a Charlie—
—Claro
Charlie me acompañó hasta la cocina, y tomé una pasta extraña y alitas de  pollo, también tomé un poco de gelatina, después fuimos a la mesa de la esquina, donde Anahí se presentaría.
—¡Hola Elizabeth!  ¿Cómo te fue el 1er día? ¿Genial,verdad? ¿Quién es tu amigo?
Anahí hacía muchas preguntas, y no paraba de hablar, el tono de su voz me parecía peculiar, era alegre y rápido, no hacia pausas.
—Me fue muy bien gracias Anahí, él es Charlie, lo conocí en taller de artes.
—Hola Anahí.
—Hola, mucho gusto.
Nos sentamos y conversamos un poco acerca de las clases, y de la vida de Anahí, para mi suerte yo ya había escuchado esa historia la noche anterior.
Después de un largo tiempo, habíamos terminado de comer, y Anahí termínó su larga biografía. Nos quedamos callados, y pude notar algo:

—¿A quien miras?— le pregunté a Anahí  que observaba al vacío como si estuviera en un transe hipnotico
— Es... él...es...su nombre es — y después de un sonoro suspiro —Brian
— ¿Quién ? —pregunté desconcertada, no habia visto a ningun chico "Dios de la hermosura" para enloquecer como Anahí
 —¿Porqué no le hablas?   —El tal Brian era guapo pero nada fuera de lo normal, o como para morir como Anahí—
— Nunca me va a tomar en cuenta, mira que guapo es... — parecia hipnotizada,ignoraba mis palabras,como si volaran en el aire y se las llevara el viento en un segundo.
— Pero no logras nada quejandote, vamos... hablale, un simple "Hola" es suficiente
— Pe-pero —titubeo nerviosa— Mmmmm ok,ok.—suspiro resignada.
— Yo creo que Eli tiene razón. Conozco a Brian, es muy agradable. —Agregó Charlie—
—Entonces le hablaré entre clases — Dijo entusiasmada Anahí—
—Mira que hora es...  — Charlie parecía estar apurado—
—Tienes razón vamos a llegar tarde a las demás clases
Nos apresuramos a dejar la bandeja en su lugar, y salimos como de rayo del comedor.
Cada quien tenía clases en distintos salones, así que Charlie me acompañó hasta las escaleras, donde instantes después desaparecería.
Seguí mi camino hacía el salón de Matemáticas, después tomaría Biología... y por último clase de Literatura.
Estaba realmente cansada, mis piernas pesaban y mis ojos se cerraban constantemente, sin mucho ánimo logré entrar al salón de literatura. Dónde conocería a alguien muy especial.

domingo, 10 de julio de 2011

Un buen amigo, un patán y un recuerdo de luz.

"El aula estaba casi completa... la clase apenas comenzaba y con ella toda una comedia..."


El profesor tenía un aspecto de loco, saltaba de aquí para allá acomodando sus cosas, mariposeaba alrededor de su escritorio mientras reía y hablaba consigo mismo. -Que extraño- pensé, aunque tan sólo unos momentos atrás yo hacía lo mismo. Vestía un saco café que lo hacía ver elegante, mientras su actitud y su cabello alborotado reflejaban todo lo contrario, su caminar era extraño, tenía un aire excéntrico, que aunque no lo conocía me inspiraba curiosidad.... y en el fondo del aula, yacía Leonardo sentado en un pupitre para dos; prófugo de la justicia, rebelde por naturaleza, protestante a cualquier cosa que se oponga al libertinaje, un espíritu libre, una de esas personas que a no le teme a nada ni a nadie.
Su piel blanca, su cabello largo y con rizos, la valentía en en sus ojos azul electro y por último un corazón de hielo.
Entré apresurada al salón siendo la sombra un chico alto que venía delante de mí, estaba muy nerviosa... ¿Sería aquel muchacho de ojos azules? No lo creo, mejor dicho... no lo sé,  pero que estaba temblando... sí.

Él estaba serio y cabizbajo cuando entré al salón alzó la mirada para verme, pero de nuevo la bajó, perdiendo todo interés en mí.
— ¡Buenos días compañera! — Gritó el profesor—  a lo que contribuye un comentario "alegre"
— Buenos días profesor...
— Profesor Peter, pero por favor, ¡No me llame así! Aquí soy su amigo Peter. ¡Listos para sacar a nuestro artista interior!
— Muy bien   — reí un poco—  Ustedes no saben lo que es tener a un excéntrico hablándote de frente, mirándote fijamente a los ojos, gritando, sacudiendo sus manos, todo eso intentando no reír. El chico alto tomó asiento a lado de otra chica, dejando algunos pupitres sin ocupar, pero no... el profesor dijo aquellas palabras:
— Ok, puedes tomar asiento por allá ¿te parece?
Justo en esa sección del aula, claramente el dedo de el profesor apuntaba a esa fila, y sin dudarlo era en ese pupitre, perfectamente a su lado.
Ok, ok.
Estaba muy nerviosa, mientras me aproximaba a sentarme, sentía que mis piernas se fijaban a suelo, mis rodillas temblaban y no podía dejar de pensar;
-¿Cómo podría? ¿Cómo? ¿Porqué alguien a quién no conozco me llama tanto la atención? ¿Qué tiene él?-
Tomé asiento, saqué mi cuaderno de dibujo, por si acaso lo necesitaba. Lo miré de reojo, pero parecía estar muy ocupado con su libreta, al parecer nisiquiera notó que me había sentado justo alado de él.
Adelante de mí, un muchacho con ojos esmeralda, volteó a verme y  me sonrío.
-¡Gracias! Esto era lo que necesitaba, una bienvenida para sentirme más cómoda-
—Hola me llamo Elizabeth  — susurré—  el profesor estaba a punto de empezar la clase.
— Hola, soy Charlie.
— Mucho gusto.
Charlie parecía ser mucho más grande que yo, por eso me sorprendió verlo en esa clase, tenía unos ojos muy bonitos, y su cabello despeinado era negro como la noche.
—Hey —le dije a Charlie— ¿Quien es el chico de los rizos?
— Se llama Leonardo…
-L-e-o-n-a-r-d-o-  Aquel nombre tan perfecto, aquella mirada tan misteriosa, sin dudas esto me estaba matando.
—¿Y que hace por su vida?
— Es un chico rudo, ya sabes, toca la guitarra y tiene su propia banda. Es inteligente, bueno creo que mejor dicho es muy profundo.
—Oh...
—¿Porqué lo preguntas?  Su sonrisa era insinuadora
—No-no nadamás.
En eso, Guillermo, el chico que se ofreció a llevar mis maletas, cruzó la puerta y se sentó junto a unos cavernícolas que hablaban en voz alta sobre el fútbol.
—¡Yo conozco a ese chico!
— ¿Enserio? ¡Todas las chicas de éste campus lo hacen querida Elizabeth!
— ¿De qué hablas? noté el sarcasmo en su comentario
— Pues es un jugador de fútbol americano de la escuela, el típico chico popular, galán y altanero que sale con porristas descerebradas, tontas, o realmente idiotas.
— ¿Estás seguro? Talvez es "Chico popular, galán, altanero, descerebrado, tonto o realemte idiota, que tiene citas con chicas relativa mente iguales que él"  —Reí silenciosamente y él también lo hizo.
— Sí, él y las porristas son casi iguales, pero ¿sabes? tiene su lado bueno…
— ¿Cuál?—   Imaginé que era diría algo acerca de su amabilidad con los desconocidos, ya que él me había propuesto su ayuda con las maletas muy desinteresadamente.
— Un día, el verano pasado, rescató a un gatito de morir en un trágico accidente de árbol.
¿Hablaba encerio? Charlie era extremadamente gracioso.

— Disculpen —Dijo el maestro— ¿Se conocen?
— No— respondimos ambos al mismo tiempo
— ¿Entonces porque hablan tanto?
— ¿Acaso no se puede hablar? —todos me miraron sorprendidos ¿Qué nunca habían odio a alguien discutir con un maestro?
— Mmmmh ¿Así que usted dice lo que piensa? eso me gusta, pero debe medirse un poco ¿No lo cree? —y el maestro siguió haciendo disparates de "arte" en el pizarrón—
— Que directa eres —lo notó—
— Lo sé, casi nunca me callo las cosas, creo que no me gusta.
— Pues amí me caíste bien —me sonrió
 -¡Oh! que linda sonrisa tenía-
— Tu igual, fue lindo conocerte
— Gracias.
— De nada  —sonrió— 
— Puedes venir conmigo, en el receso, es después de ésta clase, digo, si quieres...
— ¡Claro! — le contesté—

Bien jóvenes, vamos a hacer un ejercicio muy "cool"  —el profesor continuaba siendo extraño—
Vamos a despejar nuestras mentes, y haremos un dibujo para ocupar toda esa energía que traen. Aquí están las herramientas de todo artista, de todo un poeta listo para plasmar sus ideas en este lienzo.
Todos se acercaron a tomar pinceles y delantales, también había sobre la mesa unas pinturas acrílicas muy pequeñas y chistosas, sus colores eras chillantes y alegres.

Me senté y cerré los ojos, "despejé" mi mente y dejé que las ideas aterrizaran en mi cabeza. Palabras, imagenes, sonidos, todo venía a mí, era mi hogar.
Ordené las cosas para que mi dibujo fuera coherente, y "bonito", utilizé una gama de amarillo y anaranjados para crear un atardecer.
—Lindo —susurró una voz atrás de mí— ¿Cómo conoces ese lugar?
—¿Lugar? —Volteé y lo ví— Era Guillermo
— No lo conozco, quizás  te estás equivocando.
Acepto que fui un poco descortés y fría pero, Charlie era de mi agrado, no quería estropear lo que apenas comenzaba, creo que me me entusiasmaba mucho ser su amiga y al parecer Guillermo no era de su agrado.
— Ruda y talentosa…como me gustan.
— ¡OH CLARO! "Patán y descerebrado" tal cómo me encantan.
—¿Qué te pasa hermosa? ¿Sabes? No te he hecho nada malo, aún no me conoces...buenooooo, mmmmh —Sus ojos se movían mientras hacía una mueca con los labios, parecía estar pensando—  me pareces conocida. ¿Nos hemos visto antes?
…¡Pero que estúpido! Su actitud era simplemente de un patán. Y su cerebro muy pequeño como para recordar que me había visto el 1er día, cuando se ofreció para cargar mis maletas.
— No lo creo,adiós.
—Esta bien, pero luego no regreses amí desesperada por un poco de "esto", y "esto" ¡Rawr! oh sí —Decía mientras mostraba los músculos de sus brazos—
En eso, uno de sus movimientos bruscos hizo que la pintura anaranjada cayera sobre su camisa.
—¡JAJAJA!
—¿Estás loca? ¿Sabes cuánto cuesta esto?
— Mira el lado positivo cariño, ahora tiene un diseño colorido.
El profesor se acercó lentamente, y elogió mi trabajo
 — Me encanto su trabajo, tendrá unas excelentes calificaciones conmigo
— Eso espero —le sonreí—
— Claro que si, mmmmh, y usted Guillermo... vaya a cambiarse, parece un pez anaranjado.
El resto de el salón rió un poco, por el comentario del profesor, en cambio Guillermo salió enfadado, refunfuñando y sacudiendose la pintura de la camisa.
—Eli, apenas es el 1er día y ya manchaste de pintura a el descerebrado Guillermo   —comentó Charlie con una sonrisa en el rostro— ¿Está bien si te digo Eli?
—Sí, está bien. —Le sonreí—
De pronto sonó el alegre RIIIING; y con eso recuerdo ver a Leonardo abandonar el aula... me robó un suspiro y guardé su recuerdo, un recuerdo de luz...

miércoles, 6 de julio de 2011

Una mirada importuna

La clase de Historia había transcurrido rápido, las de Inglés también. No hacíamos nada, ni siquiera copiábamos teoría o aprendíamos algo; simplemente los profesores se sentaban en aquella silla marrón y explicaban como impartirían sus clases, explicaban sus objetivos, y los puntos de importancia, tales como: la obedencia y el orden. De vez en cuanto hojeaba mis cuadernos, blancos, vacíos y sin vida. Sin un alma o un objetivo; al igual que mi estado mental, en esos momentos.  Me entregaron algunos libros, uno de Historia -increíblemente grueso- y dos delgados de Inglés. Los puse en mi pequeña mochila, y me molestó que con forme el día avanzaba, esta se hacía cada vez más pesada. No le tomé mucha importancia, la maestra de Inglés nos explicó que al final del día nos asignarían un casillero. Cuando finalizó la clase y caminaba atravez de los pasillos para llegar al salón de Artes, hice una pausa para mirar el cielo azul por la ventana,ví el resto del campus pero a lo lejos ví una colina asomarse, era verde y me recordó mucho cuando jugaba en el jardín con Bruno, de pequeños. Me dio nostalgia y recordé que  ni siquiera había visto su regalo. Me sentí culpable pero de inmediato reaccioné y con una muy buena excusa musité aquellas palabras:
"¿Cómo escucharé ese CD si Anahí no suelta la grabadora?"
Alguien que me observaba apareció  en el umbral del pasillo, se posó detrás de mí y sin pensarlo dos veces me preguntó:
—¿Qué haces hablando sola?
—¿Qué?    —me tomó por sorpresa, por poco le doy una cachetada—
—¿Estás sorda?
—Disculpa, no estoy hablando sola, estaba pensando en voz alta.
Era una chica aparentemente menor que yo, su cabello rojizo y risado caía por debajo de su barbilla y cuando hablaba sus ojos negros mostraban una mirada fija, parecía querer asesinarme, pero al mismo tiempo se mostraba indiferente.
—No lo hagas, pareces una demente.
—Pero...
—Simplemente no lo hagas. —dijo en un tono bastante frío—
Y sin rencor, sin odio, más bien con una tierna amargura me dijo "Adiós"
—Está bien  —traté de sonreír—  La chica no me correspondió, y siguió su camino, todavía sin apresurarse salió del pasillo mirándome de reojo.
-Que miedo...-
Con esa sensación extraña en el pecho, entré al salón de artes, acomodé mis cosas, y esperé algo que sin duda me desepcionaría.