martes, 13 de septiembre de 2011

Incómodo o no, estaba pasándo.

Después de algún tiempo caminando en los alrededores del Campus, logré ver una cara conocida. Era Anahí, parecía muy ocupada y concentrada. Algo inusual en ella. Parecía buscar algo.
¿Pero, qué?
Entonces recordé sus últimas palabras:
"Yo misma hablaré con ella, ténlo por seguro... Amanda tú y yo; seremos las tres mejores amigas en el planeta"
--Oh santo Dios...-- pensé
De inmediato reaccioné y me apresuré a esconder a Anne. No quería que nada malo sucediera después de mi linda charla con Leonardo.
—Mmmmm ya vamonos ¿No?     -le dije repentinamente-
—¿A dónde?
—Eh, a afuera. ¿Sí?
—No, me toca historia y es en ése salón    -ligeramente apuntó justo a la puerta donde se recargaba Anahí-
Continuó caminando, pero lo impedí.
—¿Qué te sucede?—  -decía Anne mientas la empujaba hacía atrás-
—Nada, nada... -continúaba con la respiración cortada-
—¿Qué te pasa? ¡Demente! Suéltameeeeeeee -decía mientras me apartaba con sus brazos-
—¡Entiende! - suplicaba yo-

Si Anahí encontraba a Anne... le diría alguna fatalidad. Una fatalidad para hacer las pases, pero en fin; una fatalidad. Anne explotaría.... explotaría del enojo. Sé que suena egoísta pero... ¡Arruinaría mi fin de semana!
Anne dejo de caminar en dirección contraria amí, apoyándo firmemente sus pies en el suelo; haciéndole frente a mi marcha y declarándo guerra... yo seguía empujándo su cuerpo hacía el fondo del pasillo, entonces mis pantorrillas tropezaron con las suyas haciéndo perdiera rápidamente el equilibrio, que tropezara y que mi cabeza tocara el suelo... allí tiradas las dos, nos mirabamos mutúamente. Anne estaba enojadísima conmigo.
Aún en el suelo, Anne quejándose decía:

—¡Que torpe eres Elizabeth! -se tocaba el rostro y tenía una cara de jaqueca increíble-
—Discúlpame Anne -decía yo avergonzada-
Un chico rubio y de ojos claros se aproximó a nosotras como de rayo.Nos  miró duránte un segundo e instantes después intentaba levantar a Anne. ¿Ah, yo? Yo bien gracias tirada en el suelo.
—Gracias -decía Anne un poco roja, mientras se arreglaba su despeinada melena-
El chico lindo le devolvió una sonrisa mientras se alejaba lentamente.
--¡Qué rayos!-- pensé aún en el suelo
—Oh Elizabeth, ¿Qué esperas? Levántate...
—Oh Anne, ¡NADA! Estoy probándo lo rico que es apreciar el techo desde el suelo.
Rodeó los ojos y apartó su vista de mí, volteó a ver a ése chico y le sonrió de nuevo.
—¿Así que es él?
—¿Él qué? -rodeó los ojos-
—Él te gusta -afirmé-
—¡No! Por Dios Elizabeth, es Brian. Es totalmente un mujeriego. Jamás haría semejante estupidez.
—Es un suicidio estúpido  y automático a tu corazón -advertí-
—Sí,  eso y aceptar a 20 socias más... -Dijo con cierto enfado-
—Ajám... Además el sólo busca diversión -afirmé-
—¡Osssh ya! -rechinó los dientes-
Depronto una voz conocida se aproximaba con pasos firmes.
—Anne... -dijo su voz chillona y alegre-
—A-a-anahí -tartamudeó-
 --Creo que ni ella lo esperaba--
—Eeeemmh, ¿Qué tal Anahí? -dije-
--Esto es tan.... ¡Extraño!--  pensé.
—Eh, pues nada. -Anahí me respondió con cierto miedo, se le notaba en la voz-
—Ah... y... eh... mmm...  -balbuseaba Anne todavía en shock-
—Anne, yo quería decirte que... -bajó la mirada un poco-
Ahí estaban las dos, si odiarse, sin siquiera querer tocar un pelo de su oponente, sin ataques previos, sin golpes, sin agredir...  simplemente avergonzadas por su bochornosa discusión... en un dilema.
—¿Qué pasa? -dijo Anne-
—Yo...
—Eh.... tengo clases, chao. -me adelanté mientras caminaba a toda prisa-

No quería apreciar dicho espectáculo, bueno o malo, terminaría con una consecuencia que no me animaba a descubrir.

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