viernes, 2 de septiembre de 2011

Leonardo

Mi corazón se aceleraba lentamente... era extraño, podía sentir los estruendos que éste daba contra mi pecho;  -Que incómodidad tan divina- pensó una parte de mí, que no podía controlar... por otro lado estaba yo realmente nerviosa; tenía el alma en la boca y mi cuerpo invadido por un suspiro contenido de adrenalina increíble.
En un previo instante me armé de valor e inesplicablemente logré hacerle frente y pronunciar unas palabras.


—Me llamo Elizabeth...—  dije e un tono suave y calmado, intentando ahogar todas las emociones que en el corazón sentía.
—Mucho gusto -pronunció-

Cuando ví sus ojos... sus ojos soñolientos, amables, llenos de luz y misterio. Mostraba una sonrisa y entre parpadeo dejaba ver una bella luz gris.... esmeralda... ¿azul?... de colores era mi paraíso.
—¿Pa-para qué querías verme?— -pregunté haciendo circulitos imaginarios con los dedos en mi cuaderno, estaba muy nerviosa y después de esa frase (y de ver aquellos ojos) nadamás se me ocurrio ocultar la mirada-

—Pues... yo sólo quería saber sobre ti. Te he visto en varias ocasiones. Me parecio lindo venir a saludarte.
—Que amable de tu parte—  dije un poco sonrojada  —Yo también te había visto un par de veces... pensé en hablarte pero esta semana he estado muy agitada.
—¿Tareas,ah?
—Sí algo así...
Un estúpido y sonoro sonido invadió la conversación mientras mis ojos perdían la luz...
—Me tengo que ir Elizabeth, tengo álgebra.
—No te preocupes. ¿Podemos hablar después? -agregué con una sonrisa-
—Claro, te veo luego.
—Sí,sí. -mis ojos aún le seguían la mirada, entonces retrocedió y me despidió con una cálida sonrisa-
Mientras se alejaba, mi corazón recuperaba su ritmo normal y mis pantorrillas dejaban de temblar como gelatina. Todo se consumió en un suspiro y me deje llevar por el momento.
Hipnotizada, y alejada de la realidad, me encontraba yo viendo hacía el vacío contemplando en mi mente todo lo sucedido. Era perfecto. Entonces alguién me interrumpió...


—¡Hola Elizabeht!—  -dijo Anne mientras se aproximaba amí-
—Hola Anne...  -dije volviendo a la realidad-
—¿Estás lista para tu 1er fin de semana en Nueva York? -me decía con cierta alegría desmedida, lo que era inusual en Anne-
—¿Estaaaaás lista? Lista,lista,lista... -decía sin pausas sonoramente-
—Sí algo así—  le dije entre risas, su cara de maniática me mataba.
—Perfecto ¿A dónde quieres ir?
—Ah pues estaba pensando...
-- ¿Y Anahí? ¿Y Charlie?-- --Por Charlie no hay problema... pero Anahí...-- pensé
—¿Qué pasa? -me preguntó-
—No, nada...
—Jóvenes saquen sus libros, porfavor. Comencemos con la clase de hoy... -interrumpió aquel viejo barbón de la esquina, al que llamaba "Profesor"-
Saqué mi libro y me dispuse a poner atención. Qué extraño de mi parte.
( . . .)
Mientras caminabamos después de clase, Anne me miraba raro, poco a poco se daba cuenta...
—Anda Eli... ¿Qué te pasa? Yo sé cuando tienes algo -concluyó-
Nada Anne, lo que pasa es que me preocupa...


—Elizabeth...  -tomó mi brazo.... era  alguien atrás de mí-
Cuando volteé... lo ví. Junto amí, tan cerquitas y aclamándo mi nombre.
—Leonardo... hola.  -dije un poco nerviosa-
—¿Tienes planes para el fin de semana? ¿Saldrás con tu amiga? -me preguntó mientras observaba a Anne-
—Mmmmm—  dije mientras le buscaba la mirada  a Anne, quién tenía la boca abierta y los ojos de plato
—¿Eh?— dijo mientras le toqueteaba el codo --¡Anne, porfavor interfiere con ésto!-- pensaba exaltada
—Ah sí , sí. Emmmh pues aún no planeamos nada, Elizabeth está libre...  —añadió con una sonrisa—
Yo le sonreí con un gesto de "Mil gracias" y me llevé las manos al estómago. Estaba hambrienta, o con los nervios que merodeaban en mí, tenía toda una revolución en el estómago. Entonces esperábamos la pregunta, la respuesta, el comentario o lo que sea que fuese... ¿Leonardo me invitaría a algún lado? Muy loco como para ser cierto.

—Me gustaría invitarte... invitarlas —corrigió— a un.....es una presentación de mi banda. Va a ser en un lugar llamado 'highway 69'  un poco cerca de aquí, si están 100% disponibles, les podría obsequiar algunos boletos.
—¡Claro! -dijo Anne-  que amable de tu parte; esto va a estar genial.
—Gr-gracias Leonardo -dije un poco ruborizada- en verdad, lo aprecio mucho. -Me miro como cerca de 30 segundos, sentía heladas las manos y los pies... después apartó la mirada de una manera inesperada-
—¿Necesitan más boletos? ¿Qusieran llevar a alguien?  —dijo mientras sacaba algo de su bolsillo—
Anne puso unos ojos tremendos, una luz directa en las pupilas; su boca se preparaba para soltar un sonoro "SÍÍÍ" pero yo me adelanté... ¿Cómo nos aprovecharíamos de el pobre Leonardo? ¿Pedirle más boletos? Eso es grosero... bueno eso pienso yo.

—Nonono. No quisieramos molestarte con eso... de verdad— -agregué rápidamente en tono nervioso-
— ¡No es molestia! entre más personas vayan es mejor, además irán algunos compañeros del campus. Sería muy lindo que trajeras a tus amigos.
—Ah...ah, pues en ése caso; ¿Me regalas 2 boletos más?
—Claro— sacó 4 boletos y me los entregó en la mano
Al sentir el rose de sus dedos con mi mano me desvanecí. Fue algo eléctrico y no pude evitar sonrojarme...
—Te veré ahí, Elizabeth.
—Eh, claro. Nos veremos ahí...
--¿"Nos veremos ahí"? qué estúpidez... ¿Qué cosa acabo de decir?-- pensaba en un abismo de verguenza

—WOW— exclamó Anne —Sí que te mueres por ése Leonardo.
— ¿Se me nota mucho?  -dije preocupada-
—Se te nota como... como que tienes dos ojos en tu cara. Así es de evidente tu amor hacía Leonardo.
— Para ya Anne, no lo amo.  --Ni yo me creía ésa!--
—Ay sí. AJÁ.  -rodeó los ojos-
—¿Me veo muy... tonta?
—No, Eliza...para nada. Te ves como lo que eres.  —me sonrió amablemente—
—¿Qué soy? -le pregunté confundida-
—Una enferma -añadió sin cuidado-
—¿Quééé?
—Sí, una enferma del club de las enamoradas crónicas.
—Ja-ja— le dije con sarcasmo.
Anne me miraba con una sonrisa de oreja a oreja, parecía que le habían contado un chiste. Si contuvo las carcajadas fue porque seguramente se dió cuenta de lo serio de la situación. Hasta parecía que contenía aire en su estómago para aguantarse las ganas.
—Nunca te imaginé enamorada... y menos de él...  -Dijo todavía sin llegar a creerlo del todo-
—¿Qué tiene de malo él?
—Creéme, ustedes dos no pegan ni con el pegamento más fuerte del mercado.
—¿Qué tengo? —¿Hay algo mal en mí?
—Tú eres muy... diferente a él. Él escucha The clash;  tú Bethoveen... El es un chico heavy, tú eres muy...
— No importa. -interrumpí-
—Además es muy serio.
—No lo sé, creo que no importa. No. No importa.
Anne me miraba detenidamente. Como si nunca ubiera presenciado el amor a primera vista; o ésa cosa que sentía en el corazón.
Lo que movía mis pies, y aceleraba el alma.
La verdad... yo nunca había presenciado tal cosa.
¿Enamorada yo? Qué raro, aunque talvez Anne tuviera razón. Nunca me había pasado hasta ése momento, así que no conocía ninguno de los sítomas.
¿Los tendría yo?











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