martes, 26 de julio de 2011

Tomé mis libros, guardé mis plumas, adiós al infierno de la profesora Myriam...en un instante alguien sostenía mi brazo...
—¿Hey? —sonrió—
—Hey, hola.
¿Quieres venir? es última hora... podríamos ir a.... —bostezó—
—¿A dónde? —interrumpí—
—A donde sea... -sus manos tenían entre sí un papelito, lo sostenía con  nerviosismo, pero al mismo tiempo parecía cansada, al igual que yo-
—Ok
Mientras las dos caminabamos no dejaba de pensar en lo que sería salir, era la última clase del día. Dos...tres... bueno yo calculaba unos 4 pasos para salir del aula...un paso.... FUERA.  respiré profundo
—¿Estás bien?
—Sí.... es sólo que me hacía tanta falta aire fresco... aveces... es muy necesario; es el primer día y he andado como loca, espero que mañana sea mejor.
—Ummmhhh yo acabo de llegar...sé cómo te sientes
—Que genial, éste también es mi primer día, me preguntaba si...
 —Acabo de llegar... hace un año -agregó.
—Reí un poco— Bien y durante todo este tiempo... ¿Te gustó el campus?
—Apenas aprendí a seguirle el ritmo ¿Sabes? es muy grande, aún no entiendo como cabe en Nueva York.
—¿Cuáles son tus sitios favoritos?
—Algunos como... afuera, la cancha de tenis, mi cuarto... donde no haya libros.
—Oh ya veo.
—¿Te gustó tu cuarto?
—Mmmh pues la decoración deja mucho que desear.
—Es la decoración de su antigua propetaria, algún día pintarás y decorarás tu cuarto, es algo como un proyecto estúpido de sociales y cívica.
Habíamos llegado a las escaleras que conducían a mi habitación, preferí caminar más lento para apreciar la conversación de Anne, hablaba sobre las mascotas ,que estaban prohibidas en el campus y otras reglas "bobas", como ella las calificó..
—¿Y ahora qué?
—Ahora... puedes irte a tu habitación, o salir, pero no hay más clases, pronto será hora de comer.
—Bueno, voy a dejar mi mochila, ¿te veo para comer?
—Seguro, te apartaré un lugar
—Muchas gracias, me...
—Lo siento  -los ojos casi carmesí de Anne mostraban pánico me tengo que ir, chao. se apresuró, dio unos pasos disimulados...pero más tarde comensaría a correr como loca-
—Pero... ¿Qué pasa?
—Tras una nube de polvo, Anne había desaparecido, y tras ella corría un profesor. Uno gordo y calvo, estaba rojo como tomate, y sudaba,  no sé si era por la agitada persecución, o por el enojo inseplicableque tenía contra Anne.
Subir aquellas escaleras, fue como atravesar un mar de personas, todos juntitos y amontonados, subiendo las escaleras hacia los dormitorios, parecía eterno.

Cuando por fin llegué encontré el dormitorio solo, sin ningún rastro de Anahí, de inmediato arpoveché para ordenar un poco mis cosas y también mi cabeza. Mojé mi rostro y cuando me dirigía a la cama, pude notar que hacía falta un poquito de aire fresco así que abrí las ventanas y deje entrecerrada la puerta.
Puse un CD de música clásica en un volumen muy bajo, era un recital individual, sólo para mí. Enseguida salté a la cama, y cerré los ojos un instante y de inmediato recordé a Leonardo... me pareció ridiculo así que los abrí de nuevo para borrar toda evidencia de enamoramiendo estúpido con apetito desmedido...
Mi ojos quedaban perfectamente al rellano que conducía a mi habitación, después de holgazanear un rato sobre la cama, miré hacia el rellano y lo noté.
Una chica agazapada, con aspecto de estar espiando.¿Qué más se puede hacer en un rellano que no conduce a ninguna parte más que ami habitación? ¡Precisamente porque es el penúltimo rellano de la escalera!
Ella, era la chica de cabello rojo, esa extraña andaba merodeando cerca de mí, y estaba espiandome...

—¿Qué haces ahí, eh? ¿Acaso me estás siguiendo?
—Nada, estaba pasando el rato, y no te estoy siguiendo maldita sea, que rara eres... -contestó con cierto enojo-
Aquello nadie se lo tragaba. Se lo dije.
—Me gusta sentarme en los rellanos, son sitios calmados y fresquitos.
Noté que me miraba extraño... es decir además de sus deseos de matarme, tenía una mirada peculiar...detenidamente... preguntándose a qué le sonaba mi cara.
—¿Y cerca de tu dormitorio no hay rellanos?
No supo contestarme, asi que me anticipé yo:
—Creo que sí me estabas espiando...
De nuevo,siquiera supo que contestarme, apartó la mirada y permaneció inmovil en el rellano.
Talvez fui muy dura con ella, talvez no debí de ser tan agresiva... así que decidí arreglarlo...o quería herir sus sentimientos, talvez sólo quiere... quiere... ¿Mi amistad? ¿Alguien con quién charlar?
Me levanté de la cama y cerré con cuidado el dormitorio, le pregunté en tono amable si tenía la hora.
—No tengo mi reloj conmigo ahora, ¿Quién carga con su reloj todo el tiempo?.
—Aquella respuesta, era estúpida, incluso para mí.
—Bueno... ¿tienes celular?
-Hasta los bebés saben que en la pantallita de los celulares viene la hora-
—¿Qué narices tiene que ver un celular con la hora?
—Pues los celulares tienen la hora en la pantalla, idiota.
¿Qué hizo ella? No lo pensó dos veces: me da una cachetada. ¡PLAS!.
Me quedé sin palabras para replicar, y tan asombrada que me fallaron los reflejos para devolverle la paliza.
Después de dos segundos, nos quedamos mudas, yo con un enojo enorme, y ella tenía cara de miedo... un miedo no razonable, Talvez temía que armara un lio con los profesores.
Me aparto con sus brazos y trató de impedir mi camino
La pobre estaba demente... Yo sentía mucho enojo, y me asusté demasiado por eso, me libre de la cárcel de sus brazos y  corrí con cara de perrito perdido en medio de una terrible tormenta hacía ninguna parte. Lo sé muy inteligente de mi parte ¿No? Ella se quedó en las escaleras fingiendo no saber nada al respecto.

—¡Oyeeee! -Charlie apareció en mi camino escaleras abajo- —¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Elizabeth?
-me detuvé y descanze en sus hombros,pude notar que Charlie se estremesio un poco, lo cuál hizo que de inmediatamente retrocediera...-
 —Una chica... -yo estaba muy alterada por el golpe y por mi travesía corriendo escaleras abajo, me costaba tomar el ritmo de mi respiración-   Una chica de... -suspiré profundo para tomar aire- una chica extraña  me golpeó.
—¿Qué le hiciste? giro su cuerpo, quedando en dirección opuesta amí, búscando a la culpable.
—¡Yo nada! ese es el punto, ni siquiera la conozco.
—¿Estás segura? ¿Quién era?
—No lo sé, es una chica bajita de pelo rojizo...ammm creo que usa una chaqueta rosada...
—Ven acá—   dejó descanzar su mano sobre mi rostro, y terminó inclinado hacia mí  —Estás bien. No pasa nada.
—¿De pronto vino y te pegó? ¿Así de simple?
—Es díficil de explicar, ya antes había hablado con ella, pero nada personal, le pregunté la hora sólo eso, además...bueno tengo que reconocer que le dije idiota, creo que por eso me golpeó.
—Espero que tengas más cuidado Elizabeth, no es un buen lugar para llamar idiotas a las personas ¿Sabes?Algunas de por aquí son algo salvajes... —concluyó—
—Tendré más cuidado a la próxima...creo.
—Bien, vamos a comer.
—Ok
—Estás más pálida de lo normal...¿Segura que estás bien?
- Más pálida de lo normal ¿Ah?, hacía meses que no me bronceaba, no era de mi agrado, pero tampoco era para que el se metiera con  mi color de piel... es lo que heredé de mi padre-
—¿Más de lo normal? -dije en cierto tono...mmmh... bueno lo describiría un poco molesto...-
—Sí... eh.... quiero decir.... —se pusó nervioso— tu piel es muy blanca, pero aún así me parece linda.
-¿Aún así?-
Charlie se puso tenso, así que intenté remediarlo.
—Estoy bien. gracias por preocuparte -le sonreí-
Cuándo llegamos al comedor, me encontré con un dilema.
Estaban perfectamente juntas, y solitarias, esperaban por mí.
Así es, en el lado izquierdo apareció Anahí, y a la derecha Anne. Sus mesas estaban tan juntas que era imposible pasar disimuladamente...
—Hola -traté de sonreír- algo me decía que esta no era la mejor idea...
—Hola —dijeron al mismo tiempo,extrañadas... se miraron entre sí—
—Hola Anahí, ella es Anne, la conocí en literatura.
—¡Hola! Mucho gusto Ana, creo que te ví en clase de Historia ¿Verdad?
—Así es, es soy yo...y se pronuncia Anne.
—Está bien Ana, o Anni.... annei...cómo sea... -Anne enfureció-  Elizabeth tengo tantas cosas que contarte, es sobre ese chico,ese gran apuesto chico....por fin logré hablarle, pero no fue tan amable con migo al final de cuentas, me dijo algo sobre nuestra charla... que no tenia sentido alguno, algo así... además... -mientras Anahí hablaba hablaba y hablaba, Anne la estrangulaba en su mente...hizo un gesto raro frunció las cejas y después me miro repentinamente-
Con una mirada me preguntó "¿Ella es tu compañera de habitación?"
Y con un gesto respondí "Sí"
Después de un largo tiempo, los labios de Anahí seguían en movimiento y quién sabe que más salia de su voz, yo nadamás observaba y veía como Charlie se aburría y Anne...Anne me preocupaba. En un acto de asombrosa rebeldía (o locura) interrumpió a Anahí.
—¿Te podrías callar? Discúlpa pero creo que Elizabeth ya tiene suficientes datos sobre tu trágica charla con el tipo ápatico que llamas "apuesto".
—¿Qué dices? No te entiendo...
—Que llevas casi toda la hora...
—Amí no me importa, vine con Elizabeth.
Las dos me miraron profundamente esperando una respuesta, sus ojos llenos de rabia ... sin dudas esperaban algo como...
"Anne que grosera eres, vete de aquí, Anahí quisiera escuchar más sobre ti"
o algo como...
"Anahí, cierra el pico, Anne vamonos de aquí"

Pero la verdad, desnuda y en su total naturalidad... insipidamente yo no sabía que hacer.
¿Acaso éste incómodo encuentro era el principio de una horrible sensación que se repetiría constantemente....? ¿Acaso yo estaba destinada a tener que lidiar con una gran desición....?
¿Apoyar a Anne? ¿Dejar a un lado a Anahí? ¡Pero que demonios! ¡Es mi compañera! Es como... mi hermana, porque compartimos habitación... Anne me agrada mucho y siento que podríamos ser muy buenas amigas, es decir... tengo que hacer algo... calmarlas a las dos.

.....................


HOY CUMPLO AÑOS! jajajajaa, bueno sólo quería decirlo. gracias por leer, me hace muy feliz.

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